San José

.- Como sus camaradas de la cúpula comunista de Cuba , que el pasado primero de enero “cortó” un “quei”—de “cake” o pastel en inglés—y festejó el 61 aniversario de la revolución cubana, la jerarquía gobernante en Venezuela partirá este domingo un pastel para celebrar 21 años del inicio del régimen venezolano.

Con 40 años de distancia del triunfo de 1959 de Fidel Castro en una guerra de guerrillas de 1956 a 1958 a la victoria de Hugo Chávez en las urnas en 1998 para asumir el poder en 1999, la continuidad de la revolución venezolana siguió en duda.

“Venezuela está peor hoy que hace 21 años”, afirmó el costarricense Ricardo Lizano, embajador de Costa Rica en ese país de 1998 a 2003 y testigo del ascenso de Chávez en 1999.

“La situación política en Venezuela pasa por el control que ejercen Cuba , Rusia y China en su alianza con Caracas . De no haber sido así, esto hace rato se hubiera resuelto”, dijo Lizano a EL UNIVERSAL .

Castro

murió en 2016 y, ante la turbulencia sociopolítica que heredó, nadie apuesta por la caída inminente de la revolución pese al asedio de Estados Unidos . Chávez falleció en 2013 y, con Castro , alentó el socialismo en América Latina y el Caribe y el choque con Washington.

Chávez

legó a Nicolás Maduro , su sucesor, miles de millones de dólares como saldo de las exportaciones del rico país petrolero con el precio mundial al alza. La cartera se adelgazó—la oposición acusó a Maduro de dilapidarla—y Venezuela entró en 2014 a un caos de inflación, escasez de medicinas, alimentos y artículos básicos y devaluación que el presidente atribuyó a una guerra económica de EU .

“Nuestra conciencia está tranquila, porque sabemos que estamos en lo correcto”, adujo el abogado y militante oficialista Juan Martorano, en un artículo ayer en Aporrea, foro digital izquierdista (no gubernamental) de Caracas . “Corregir errores y desviaciones” de la revolución, clamó.

Dividida la oposición, Maduro parece más fuerte que hace 12 meses. “Hay un oficialismo menos fraccionado que la oposición”, aclaró el exembajador, en alusión a la expectativa creada el 23 de enero de 2019, cuando el opositor Juan Guaidó asumió como presidente interino.

Guaidó

juró el 5 de enero de 2019 a la jerarquía de la Asamblea Nacional y luego como presidente interino, con el alegato de que el Poder Ejecutivo quedó vacante porque Maduro se convirtió en usurpador al reelegirse ilegalmente en 2018 para gobernar a partir del 10 de enero del año anterior por un segundo sexenio consecutivo. Maduro replicó que su reelección fue legal.

Guaidó

se basó en un artículo constitucional que, por vacancia, traslada la presidencia interina al presidente legislativo, y fue reconocido por más de 55 países. En un confuso proceso, Guaidó se reeligió jefe del Legislativo el 5 del mes anterior, mantuvo el interinato del Ejecutivo y prometió terminar con la usurpación, dirigir un gobierno de transición y llamar a elecciones democráticas.

Pero ante esas promesas, Maduro partirá mañana una torta para conmemorar 21 años.

agv

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