El 2023 que recién terminó dejó muchos saldos pendientes y muchas dudas. El 2024 que comienza pinta complicado, con muchas sombras.
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos serán sin duda un factor clave. A partir del 15 de enero, con el inicio de las primarias, toda la política estará inmersa en modus elecciones, y con ella, las decisiones, las negociaciones y prioridades.
Si migración y fentanilo se mostraron en 2023 como los caballos de batalla, este año la guerra será total y para México será clave, con la posibilidad de que Estados Unidos endurezca su mensaje y sus exigencias, con tal de obtener réditos electorales.
Por primera vez en Estados Unidos, un expresidente procesado penalmente, acusado de fraude, de intentar interferir en las elecciones 2020, con posibilidad de terminar preso, no sólo busca la presidencia, sino que es, hasta este momento, el favorito para regresar a la Casa Blanca.
Que una persona señalada de tratar de alterar los fundamentos democráticos del país más poderoso del mundo sea amplia favorita parecería imposible, pero su ascenso en las encuestas en 2023, a pesar de todas las acusaciones en su contra, mostró que todo es posible.
Junto con Estados Unidos, Rusia es otro país que vivirá elecciones este año y, al igual que en Washington, un viejo lobo de mar intenta mantener el poder y terminar lo que considera la misión de su vida: Vladimir Putin será reelecto nuevamente, con facilidad, con la oposición acallada por la represión, o presa.
Para Putin, las cosas marchan viento en popa. No sólo no tiene rival, sino que las prioridades y preocupaciones de Occidente le favorecen en su guerra contra Ucrania, que vive el amargo despertar del abandono después de casi dos años de conflicto.
En América Latina, 2023 cerró con un nuevo y polémico presidente en Argentina que inició gestión devaluando la moneda y advirtiendo que la realidad será amarga, antes de endulzar, y que ha cumplido a rajatabla sus promesas de privatización, y de cercar las protestas. Aunque los argentinos, por ahora, consideran que no había opción que las medidas que está aplicando Javier Milei, el descontento y la situación económica pronto podrían desbordar la paciencia. El fin de la educación gratuita, el castigo a la clase media pronto pueden cobrarle factura al presidente libertario, y falta por ver el rol que en la práctica terminará asumiendo quien a lo largo de toda la campaña fue El jefe, su hermana Karina. Si en el gobierno Milei comienza a entrometerse el “misticismo” Milei, la luna de miel podría terminar pronto.
Guatemala es una olla de presión que en cualquier momento puede explotar, aunque por ahora las aguas se han calmado. En Nicaragua, la represión de mantiene, aplastando cualquier viso de crítica, de donde venga, hasta ahora sin consecuencias.
Cuba terminó el año con un nuevo golpe para los cubanos: el anuncio de medidas que encarecerán el combustible, las tarifas eléctricas y el transporte, entre otras, previendo un 2024 más complicado.
La situación económica en China será otro factor a vigilar en este 2024; un empeoramiento podría arrastrar a otros países. Al mismo tiempo, el presidente Xi Jinping ha subrayado la línea roja que significa Taiwán. Si en este año que inicia hay una avanzada china con miras a la unificación por la fuerza, eso podría mover todo el tablero y generar un nuevo y grave tema de preocupación para el presidente estadounidense, Joe Biden.
A toda esta incertidumbre se suma Corea del Norte; si los liderazgos políticos parecen haberse acostumbrado a las amenazas que representan los lanzamientos de misiles norcoreanos, el régimen de Kim Jong-un podría hacer una intentona más audaz. Norcorea reclama atención, pero no queda mucho espacio antes de que las cosas se salgan de control.
¿Hacia dónde se moverá el tablero de ajedrez? ¿Quién hará la jugada del jaque mate? Por ahora, habrá que ponerse el cinturón y esperar las turbulencias que se avecinan.