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Montevideo.— El fenómeno natural El Niño y el calentamiento global debido a la actividad humana provocaron un récord de desastres climáticos en Latinoamérica y el Caribe en 2023, indicó ayer la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que expresó su solidaridad por la actual “catástrofe” en Brasil y aludió al desastre que ocasionó el huracán Otis en Guerrero.
En su último informe sobre el estado del clima en la región, esta agencia de la ONU resaltó que el año pasado fue el más cálido del que se tiene registro. Además, señaló que se ha acelerado la subida del nivel del mar y el retroceso de los glaciares, y que se produjo “un gran cambio” en la distribución de las precipitaciones que causó sequías e incendios forestales y también inundaciones y deslaves.
“En todos los tipos de variables climáticas y ambientales se han batido récords durante 2023”, dijo la secretaria general de la OMM, Celeste Saulo, al presentar el reporte.
“América Latina y el Caribe se han visto gravemente afectadas por los efectos de El Niño que se suman, por supuesto, a los de cambio climático inducidos por la presencia humana”, agregó.
El Niño —un fenómeno que la OMM describe como un patrón climático natural asociado al calentamiento de la superficie oceánica en el Pacífico tropical, que suele producirse cada dos o siete años y durar entre nueve y doce meses— causó temperaturas más altas y déficit de precipitaciones en México, el país de la región que tuvo el ritmo de calentamiento más rápido. El norte de México y Baja California, en particular, registraron “anomalías negativas” en su temperatura. El verano boreal fue excepcionalmente tórrido, con una máxima de 51.4ºC en agosto.
“Las precipitaciones fueron inferiores a lo normal (entre un 20 % y un 60 %) en casi todo México, con algunas excepciones, como Baja California y la península de Yucatán”, indica el reporte. Si se trata de huracanes, “en el Pacífico oriental, la temporada de huracanes fue un poco más activa de lo normal, con 17 tormentas con nombre (frente a un promedio de 15 durante el período 1991-2020). Seis de esas tormentas llegaron a México, concretamente cuatro huracanes de primer orden (Hilary, Norma, Lidia y Otis), un huracán (Beatriz) y una tormenta tropical (Max).
En particular, alertó de que Lidia y Otis se intensificaron rápidamente horas antes de tocar tierra.
“Otis se intensificó rápidamente [en 15 horas, según el informe] antes de tocar tierra. Azotó la ciudad de Acapulco como devastador huracán de categoría 5 y ocasionó decenas de víctimas mortales y daños valorados en varios miles de millones de dólares”, dijo Saulo. El reporte destaca que Otis fue el primer huracán categoría 5 en tocar tierra en el Pacífico oriental,desde que el Centro Nacional de Huracanes se hizo cargo de los pronósticos operativos de la cuenca en 1988. Lamentó que, en Acapulco, “Otis dañó 80% de la infraestructura hotelera y 96% del resto de establecimientos”. Al mismo tiempo, la OMM recordó las inundaciones del 25 de septiembre en Jalisco, que dejaron ocho muertos, y el desbordamiento de ríos en Veracruz, el pasado 3 de noviembre.
En la presentación del informe hubo múltiples mensajes de solidaridad para Brasil por las históricas inundaciones en el sur del país. “Esta catástrofe es un trágico recordatorio de cómo los peligros climáticos cada vez más intensos y frecuentes socavan el desarrollo socioeconómico”, destacó Saulo.
En 2023 se notificaron 67 episodios de desastres meteorológicos, hidrológicos y climáticos en la región. Paola Albrito, directora de la Oficina de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), dijo que unos 11 millones de personas en Latinoamérica y el Caribe se vieron afectadas por desastres, la mayoría relacionados con el clima, “lo que resultó en pérdidas económicas de más de 20 mil millones de dólares”.
El reporte destaca los contrastes entre la sequía y las copiosas lluvias que en 2023 afectaron a la región. Por ejemplo, indica, una intensa sequía redujo a un mínimo histórico el nivel del río Negro en la Amazonía brasileña; perturbó “gravemente” el tráfico por el Canal de Panamá; y golpeó el norte de Argentina, el sur de Brasil y Uruguay, que vivió su verano más seco en 42 años y sufrió un déficit hídrico crítico. En contraste, copiosas lluvias dejaron decenas de muertos por deslizamientos de tierra e inundaciones en febrero en el sudeste de Brasil, y en noviembre en Jamaica, Haití y República Dominicana.
En 2023, la temperatura media fue la más alta registrada hasta ahora en Latinoamérica y el Caribe, indicó la OMM. Estuvo 0.82°C por encima de la media del periodo 1991-2020, y 1.39°C por encima del valor de referencia del período 1961-1990.