La autoridad del Partido Progresista Democrático (PPD) de Taiwan recibió, una vez más, un golpe frontal.

Nicaragua reanudó sus relaciones diplomáticas con China a una velocidad récord, convirtiéndose en el 181º país con el que China mantiene relaciones diplomáticas.

Apenas el mes pasado, el “representante” de Taiwan en Nicaragua, Li Yuerong, se preparaba para tomar posesión de su cargo, pero no mucho después, Nicaragua afirmó que rompería las “relaciones diplomáticas” con Taiwan y cesaría todos los contactos y vínculos oficiales con esta parte inalienable de China.

Al ver esta noticia, la administración de Tsai Ing-wen expresó su “pesar” por octava vez, después de haberse “deplorado” en siete ocasiones.

Como dijo el consejero de Estado y ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, tras una reunión virtual con el canciller nicaragüense Denis Moncada, el establecimiento o restablecimiento de las relaciones diplomáticas normales con China es solo cuestión de tiempo, y además, corresponde a la tendencia general e imparable de la época.

181, esta cifra seguirá aumentando, y no está lejos del 14 a 0.

A las 6:30 de la mañana, hora de Beijing, del 10 de diciembre, o a las 16:30, hora de Nicaragua, del 9 de diciembre, el Ministerio de Relaciones Exteriores nicaragüense emitió primero un comunicado anunciando la ruptura de “relaciones diplomáticas” con Taiwan.

2 horas después, se publicaron imágenes de la reunión entre la delegación del Gobierno nicaragüense y la de China en Tianjin.

Una hora más tarde, China reanudó sus relaciones diplomáticas con Nicaragua.

Y solo 7 minutos después, se dio a conocer el texto completo del Comunicado Conjunto entre la República Popular China y la República de Nicaragua sobre el Restablecimiento de Relaciones Diplomáticas.

En conjunto, se tardó menos de tres horas y media en completar esta reanudación de las relaciones diplomáticas.

Cuando el autor informó la noticia a Huang Zhiliang, que tiene 90 años y fue embajador de China en Nicaragua, su primera reacción fue: “Es una gran noticia”. Hablando de sus sentimientos, el embajador Huang Zhiliang compartió un proverbio español:

“Más vale tarde que nunca. Personalmente, llevo 30 años esperando que esto ocurra y ahora es emocionante resolver el problema en tres horas.”

Poco más de tres horas, un récord.

La rapidez, primero, indica naturalmente la urgencia de Nicaragua. Esta vez, Nicaragua tomó la iniciativa de reanudar las relaciones diplomáticas. El embajador Huang Zhiliang también compartió sus observaciones sobre la “rapidez”.

“No hay requisito previo para la reanudación de las relaciones diplomáticas entre China y Nicaragua. Detrás de esto está la actitud constante de China: una sola China es la línea del fondo y no se puede negociar de ninguna manera.”

La autoridad del PPD del otro lado del Estrecho de Taiwan no entendió precisamente esto, y volvió a caer en el lado equivocado de la “diplomacia del dólar”.

Apoyándose en acuerdos políticos, Taiwan intentó aliarse con Nicaragua.

Sin embargo, el dinero no resuelve todo. Tras la “ruptura diplomática”, el United Daily News de Taiwan ridiculizó a Tsai Ing-wen públicamente, ya que Nicaragua fue el octavo “amigo” que rompió “relaciones diplomáticas” con Taiwan durante su mandato.

Ya en 2016, poco después de ser elegida Tsai, ocurrió la ruptura por primera vez de sus “relaciones diplomáticas” con Santo Tomé y Príncipe. A partir de entonces, la “diplomacia del dólar” es cada vez más disfuncional. Panamá, República Dominicana, Burkina Faso, El Salvador, Islas Salomón, Kiribati y Nicaragua rompieron sus “relaciones diplomáticas” con Taiwan uno tras otro.

Cada vez que ocurrió esto, el PPD expresó su “pesar”, “insatisfacción” e “indignidad” y condenó a sus “aliados” por la “traición”.

La autoridad taiwanesa cree que puede procurar la “independencia” con el apoyo de EE. UU.. Pero lo que no ve con claridad es que el poder y la iniciativa dominantes en las relaciones de ambos lados del Estrecho de Taiwan están ahora firmemente en manos de la parte continental de China.

El coste de ir a contracorriente de la historia puede verse muy claramente si se amplía el horizonte. Lin Hua, investigadora asociada del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia China de Ciencias Sociales, dijo al autor:

“En los 20 años transcurridos desde el año 2000 hasta la actualidad, ha habido dos auges de ruptura de ‘relaciones diplomáticas’ con Taiwan, ambas ocurridas bajo el mandato de PPD: uno bajo Chen Shuibian, quien intentó emprender la ‘independencia de Taiwan’, y el otro bajo Tsai Ing-wen, quien intentó apoyarse en Estados Unidos para la ‘independencia’, que ya se rompieron ocho ‘relaciones diplomáticas’.”

Si pisas la línea roja y tocas la línea del fondo, solo acabarás consumiendo el propio mal resultado. La entrevista de CGTN Español dio en el clavo: vamos a esperar.

Tras la reanudación de las relaciones diplomáticas entre China y Nicaragua, el United Daily News comentó que el Vaticano, Honduras y otros “estados diplomáticos” de Taiwan se encuentran últimamente en un estado de “inestabilidad diplomática”.

Honduras es un país vecino de Nicaragua, y no hace mucho su recién elegida presidenta, Xiomara Castro, prometió romper las “relaciones diplomáticas” con Taiwan. El intento de “ampliar el espacio internacional” cede el paso al hecho de que haya sido abandonado por sus supuestos “aliados”.

El intento de la autoridad de Taiwan de apoyarse en Estados Unidos para procurar la “independencia” no corresponde a la tendencia general, y cada vez más países tomarán la decisión correcta. Como dijo el embajador Huang Zhiliang:

“Ahora, en América Latina y el Caribe, muchos países desean desde hace tiempo establecer relaciones diplomáticas con China. Aunque ahora EE. UU. no escatima esfuerzos y hace todo lo posible para amenazar a estos países, esto es temporal. Ahora bien, ya hay países que están dando un buen ejemplo.”

Aunque todavía hay algunos países en el mundo que mantienen las llamadas “relaciones diplomáticas” con Taiwan, la tendencia general es imparable.

La ruptura de “lazos diplomáticos” con Taiwan inquietó a algunas personas. El Departamento de Estado de EE. UU. emitió un comunicado en el que pedía a los llamados “países que valoran el sistema democrático” que ampliaran sus contactos con Taiwan.

Estados Unidos sigue intentando recurrir a la estrategia de “usar a Taiwan para reprimir a China”, pero ahora ningún país en el mundo pueda actuar a su antojo. El informe de Reuters lo resume muy bien: el presidente nicaragüense Daniel Ortega ha tenido suficiente.

Nicaragua, el país más grande de Centroamérica por superficie, no ha escapado de un destino similar al de otros países latinoamericanos: demasiado lejos del paraíso y demasiado cerca de Estados Unidos.

Ortega fue elegido presidente de Nicaragua por primera vez hace 36 años, y en el mismo año anunció el establecimiento de relaciones diplomáticas con China. Al mismo tiempo, Ortega participó en la Cumbre de los países del Movimiento de Países No Alineados (Mnoal), y denunció el comportamiento hegemónico de Estados Unidos en varias reuniones multilaterales.

Naturalmente, Estados Unidos empezó a tomar acciones. En 1985, este país impuso un embargo comercial total a Nicaragua. A esto le siguió la ayuda “humanitaria” a gran costo para los “Contras” nicaragüenses. Tras una serie de maniobras, Ortega perdió las elecciones.

Tras la toma de posesión de un nuevo Gobierno respaldado por Estados Unidos, se restauraron los “vínculos diplomáticos” entre Nicaragua y Taiwan. Estas “relaciones diplomáticas” son más bien conocidas como “relaciones con palo”, ya que detrás de estas se encuentra Estados Unidos, blandiendo un palo de sanciones.

Sun Yanfeng, subdirector del Instituto Latinoamericano del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China, ha conocido muy bien el juego de este tipo y dijo al autor:

“EE. UU. siempre ha considerado a América Latina como su ‘patio trasero’, y para mantener dicho control, siempre ha utilizado diversas sanciones como las económicas y las diplomáticas, para interferir en los asuntos internos de estos países y suprimir su diplomacia, especialmente cuando algunos países se están acercando gradualmente a China, EE. UU. intensificará sus esfuerzos.”

Apenas unas horas antes de que Nicaragua declarara que había cortado sus “relaciones diplomáticas” con Taiwan, Estados Unidos anunció que había impuesto sanciones al asesor de seguridad nacional de Nicaragua. Hace un mes se hizo una jugada similar en las elecciones de Nicaragua. En ese momento, Estados Unidos amenazó con imponer sanciones y confirmó que no reconocería los resultados electorales “injustos y sin garantías”.

La hegemonía no disuadió a Nicaragua. Por el contrario, Nicaragua mostró su valentía, dejó clara su actitud y se puso al lado de China.

Sabiendo que la intimidación no funcionaba, EE. UU. también probó la manera de conseguir su objetivo con señuelo.

Hace tres años, el Think Tank de Estados Unidos elaboró un "Pequeño Plan Marshall", según el cual, de los 17 países que mantenían “relaciones diplomáticas” con Taiwan, 16 son pequeños y pobres, con la excepción del Vaticano. Estados Unidos debería proporcionar ayuda económica a estos países para retenerlos.

Después de que las Islas Salomón establecieron relaciones diplomáticas con China, la provincia de Malaita, la más grande y poblada de las Islas Salomón, recibió el compromiso de 25 millones de dólares en términos de ayuda por parte de la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés). Esta cifra es 50 veces de la de los años anteriores.

EE. UU. sigue esperando utilizar la vieja táctica del “palo y la zanahoria” para conseguir que estos países mantengan las llamadas “relaciones diplomáticas” con Taiwan, de modo que su idea de “reprimir a China con Taiwan” no fracasara tan pronto.

Sin embargo, la realidad es que cada vez más países se dan cuenta de que, salvando las distancias, Estados Unidos siempre ha sido el mismo que dice “por tu bien” pero que en realidad solo piensa en sí mismo.

Cada vez son más los países que están en el lado correcto de la historia y han tomado decisiones que beneficiarán a sus países y a sus pueblos.

Óscar Arias Sánchez, expresidente de Costa Rica, el primer país centroamericano en establecer relaciones diplomáticas con China en el nuevo siglo, cree firmemente que “establecer relaciones diplomáticas con China fue una decisión infinitamente acertada” y que entre 2007 y 2020, las exportaciones de este país centroamericano a China se multiplicaron casi por cuatro, con una mayor diversificación de bienes exportados, y las cooperaciones en diversos campos se han fortalecido continuamente.

“Tanto los buenos amigos como buenos vinos deben ser los viejos". En el contexto de la pandemia, China y América Latina mantienen cooperaciones en todo campo. En muchos países latinoamericanos, las vacunas chinas se han convertido en una poderosa herramienta para luchar contra la epidemia, representando más de la mitad de las vacunas administradas. Hace poco, el embajador de Uruguay en China incluso apareció en una sala de transmisión en vivo para experimentar la “velocidad china” de vender productos.

Mirando a toda América Latina y el Caribe, el comercio bilateral entre China y esta región alcanzó más de 369.000 millones de dólares en los primeros diez meses de este año, lo que supone un aumento del 43,1% respecto al mismo periodo del año anterior.

Tomar a China como socio fiable para el desarrollo y abrir la puerta a la prosperidad común.

China siempre está dispuesta a abrir los brazos a la cooperación, pero es pura ilusión intentar vulnerar los intereses fundamentales de China, sea quien sea.

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