La Copa del Mundo de Qatar 2022 está a cinco meses de llevarse a cabo. Miles de personas de todo el mundo harán el viaje a Medio Oriente para disfrutar de la fiesta más grande del futbol.
En cada mundial se vive una fiesta. Diferentes culturas se encuentran y se unen gracias al deporte más popular. Pero estas personas, que se convertirán en turistas de Qatar a finales del 2022 quizás no tengan tantas libertades como en otras Copas del Mundo.
Y es que el país anfitrión tendrá algunas prohibiciones para este Mundial , a fin de cuentas es la cultura árabe y los que asistirán al gran torneo tendrán que respetarlas, en caso de no hacerlo serán sancionados.
VESTIMENTA
Los asistentes siempre deberán tener cubiertos los hombros y tener cubiertas hasta las rodillas en lugares públicos como museos, hospitales, y dependencias públicas. En caso de no cumplir con estas reglamentaciones se les negará el acceso a los lugares.
FESTEJOS EN LAS CALLES
En Qatar existe una política de ‘cero tolerancia’ para ciertos aspectos, como gritar en la calle o comportarse de manera irrespetuosa. Estas conductas se castigan con la deportación o hasta la prisión.
BEBIDAS ALCOHÓLICAS
Consumir bebidas alcohólicas, estar en estado de ebriedad en espacios públicos o incluso conducir bajo los efectos del alcohol, aunque sea en mínimas cantidades, no está permitido y la multa podrían ir de los más de 15 mil pesos mexicano o hasta seis meses de prisión.
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MUESTRAS DE AFECTO
Gestos de afecto o de intimidad entre dos personas que no estén casadas son mal vistos en Qatar, sin importar la orientación sexual.
SIN RELACIONES SEXUALES
A menos de que se trate de un matrimonio heterosexual legalmente constituido y que se pueda comprobar, pero las relaciones sexuales estarán prohibidas para la Copa del Mundo. Sostener relaciones sexuales fuera del matrimonio es considerado como delito y está penado con cárcel.
OTRAS PROHIBICIONES
Los turistas no pueden entrar a Qatar con alcohol, libros religiosos o pornografía. Tampoco se pueden tomar fotografías a mujeres y está mal visto levantar la mano o el dedo a los meseros.