Hay tensión en el ambiente en el estadio Al Thumama, y no es por el choque de dos potencias futbolísticas, sino porque Estados Unidos juega contra Irán.
El partido en el contexto competitivo es el siguiente: Irán tiene tres puntos y -4 en diferencia de goles, los estadounidenses tienen dos unidades y diferencia de cero. Para asegurar su pase a octavos ambos tienen que ganar, no hay de otra.
Pero en el contexto político, se va más allá. Estados Unido s e Irán tienen tensiones políticas desde hace varios años, mismas que se han agudizado en los últimas semanas.
Aunque los protagonistas han tratado de no salirse del rectángulo verde, las federaciones lo han hecho más difícil. En la página oficial de la Federación de Estados Unidos, se modificó el escudo de la bandera iraní, lo que ofendió tanto al país islámico que ha pedido que su rival sea expulsado del torneo.
Los estadounidenses han dicho que todo esto ha sido en apoyo al maltrato de las mujeres iraníes y esto lleva a otro hecho.
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Se ha filtrado por los medios, que si los jugadores de Irán no cantan el himno nacional, lo que han hecho en protesta de los abusos que existen en su país, sus familias podrían ir a la cárcel.
Así que el juego está más allá de ser sólo un juego de futbol por una clasificación a los octavos de final de una Copa del Mundo.
Esto tiene un mensaje político implícito.