Doce años después de romper todas las barreras en los Mundiales, tocando el cielo futbolístico en Sudáfrica 2010, la estrella que luce en el pecho España ya no pesa.
Acapara el protagonismo el entrenador, para proteger a una joven selección, la tercera con menor promedio de edad en Qatar 2022, con 25.3 años de media.
Con apenas cuatro jugadores que permanecen desde el último Mundial y un solo representante de aquellos que hicieron historia en Johannesburgo —el capitán Sergio Busquets, quien igualará las cuatro Copas del Mundo de Sergio Ramos y Andrés Iniesta—, la misión arranca hoy.
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Salvo la conquista de 2010, los Mundiales presentan un mayor número de decepciones, que de satisfacciones, para España. Las recientes, con dos Eurocopas consecutivas, un sonoro batacazo en Brasil 2014 —sin ser capaz de superar la fase de grupos— y cayendo con impotencia en octavos de final en Rusia 2018 —ante la anfitriona—, tras un dominio improductivo sin disparos, con la suerte dando la espalda en la tanda de penaltis.
La cita qatarí representa un nuevo inicio en el panorama mundial. La oportunidad de asentar las buenas sensaciones de la Eurocopa 2020, disputada en el verano de 2021. La competición que convirtió a Pedri en referente.
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