Al ser un país con poco más de 11 mil kilómetros cuadrados de superficie, Qatar albergará la Copa del Mundo más pequeña en la historia, ya que la separación entre los ocho estadios que recibirán el evento no superará los 75 kilómetros.
Certamen en el mundo árabe, de bolsillo, accesible —en cuanto a distancias— para quienes viajen a Medio Oriente para ser parte de una fiesta diminuta en cuanto a extensión territorial.
Las ocho sedes son genuinas joyas arquitectónicas. Desde el estadio Lusail, que gracias a sus paneles solares es capaz de generar electricidad propia y a las zonas aledañas, hasta el 974 (código de marcación en Qatar), que está elaborado con contenedores de barco reciclados y que será desmontado cuando concluya la Copa del Mundo.
La red del metro en Qatar permitirá que los ocho inmuebles estén conectados, lo que hará mucho más sencillo el traslado de los aficionados.