Un por el desierto. Así se dice, así se vende.

La palabra safari se define como una expedición para ir de cacería, pero es verdad, en Doha , en Qatar, en el desierto, no hay nada que perseguir, sólo dominar las dunas, rendirse bajo los rayos del fuerte sol, pasear arriba de un camello y conocer las orillas del Golfo Pérsico .

El futbol fue el principal atractivo de Qatar durante todo el mes de diciembre. Quienes visitaban el emirato, iban por ver las condiciones en que las 32 selecciones competirían por la Copa del Mundo, la primera a celebrarse en un país de corte árabe, en un país en donde el calor dominada, en donde el desierto mandaba.

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Qatar hizo lo que pudo y las selecciones se acoplaron a las condiciones. Es verdad, los juegos se realizaban tarde o noche, en estadios que habían adquirido una gran tecnología para tener un clima agradable para los jugadores, que no sufrieron por jugar a altas temperaturas.

Los entrenamientos de la mayoría de los equipos, se realizaban también en la tarde, pero había selecciones valientes que lo hacían a pleno rayo del sol, a medio día, una prueba para comprobar la condición física.

Pero fuera del futbol, fuera de Doha , estaba el desierto, esperando para ser descubierto, conquistado.

Explorado.

Para llegar a la zona de las dunas, hay que viajar por lo menos una hora fuera de Doha, una ciudad moderna, llena de grandes edificios y lujos. Conforme se aleja de esto, el antiguo mundo árabe se asoma. Casa antiguas al paso y dunas que se asoman.

Las comodidades ya no están a disposición.

Y lo primero que da la bienvenida son los famosos camellos, lo que era el principal medio de transporte en los tiempos antiguos, y hoy, aunque aún son utilizados en menos medida para estas cuestiones, lo son en mayor para paseos cortos o largos, según el presupuesto.

Y después viene la velocidad, subirse una camioneta de alta tracción para conquistar las dunas, para ir en sube y baja por el desierto, subir y bajar, desafiar la gravedad.

Como en las películas de Rápido y Furioso .

Y al final, llegar a la orilla, donde el mar y el desierto chocan, al Golfo Pérsico .

Durante años el nombrar esta región del mundo era motivo de pensar en guerra, de peligro por tantos conflictos sociales, políticos o religiosos.

Hoy, por lo menos de este lado del Golfo , sólo es cuestión de paz, de maravillarse del líquido vital que se encuentra a los pies del desierto.

De eso se trata ir de safari en Qatar , la conquista momentánea del gran monstruo desértico, la principal atracción del país, que tuvo que ceder el trono por un mes, en pos del balón.

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