Texto: Dafne N. García López
Precisamente un siglo después del inicio de la Independencia, el 20 de noviembre de 1910 comenzó la Revolución Mexicana . Un movimiento radical que tuvo sus comienzos en 1906 con la firma del Programa del Partido Liberal firmado en Saint Louis, Missouri por los magonistas, que fue tolerado brevemente y luego reprimido por el presidente Porfirio Díaz.
Varios académicos e investigadores le atribuyen a la revolución orígenes diversos y hasta contradictorios, pero coinciden en que perseguía el mismo objetivo: un cambio en el statu quo del viejo régimen porfirista para mejorar la situación económica, política y social mexicana.
Fue una lucha caótica llena de líderes, multitud de bandos contrarios, ideales y batallas sangrientas con sus respectivas victorias y derrotas. No había una paz que permitiese una estabilidad permanente o un gobierno con los que quedaran conformes los combatientes. Por ello no es de extrañar que en la actualidad no se tenga una fecha concreta del fin de esta insurrección.
Algunas causas de la Revolución Mexicana fueron la nula libertad de expresión, la sobreexplotación laboral en los campos y ciudades, diferencias entre la clase burguesa y la clase trabajadora, etc. que fueron hartando al pueblo y acabó con una serie de levantamientos armados y el fin del gobierno del presidente Porfirio Díaz. Imagen de mexicodesconocido.com.mx
El periodista Adolfo Gilly en su libro “La revolución interrumpida” sitúa esta culminación en el periodo de transición política entre el asesinato de Emiliano Zapata en 1919 hasta 1940 cuando el último presidente militar Lázaro Cárdenas terminó su mandato “interrumpiendo la revolución y abriendo un periodo de estabilización para el poder burgués frente a las masas y en sus relaciones con éstas”.
La imagen antigua comparativa es del año 1992. Torres humanas a la sombra de las Torres de Cristal en el marco único que ofrece la Ciudad de México al desfile deportivo con sus edificios entre históricos y modernos. Archivo fotográfico de EL UNIVERSAL. Mientras que la foto comparativa actual de 2004 en la que muestra las torres humanas en el desfile capitalino con motivo del 20 de noviembre. Fotografía de Jorge Serratos. Archivo de EL UNIVERSAL. Diseño web: Miguel Ángel Garnica
Para debilitar el recuerdo bélico de esta época, el gobierno mexicano buscaba celebrar la fecha del 20 de noviembre con elementos alejados de la rebelión y sus héroes , sin desestimar su importancia histórica.
La solución llegó en la forma de una carrera de relevos realizada en 1928, de acuerdo con la información obtenida de un boletín publicado en noviembre de 2001 de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE). En 1929, se organizó una parada militar-deportiva en el Campo Militar durante el mandato del presidente Emilio Portes Gil, entonces en la colonia Balbuena, campo que fue inaugurado por este mandatario.
En 1930 tomó forma de nuevo y se presentó en las calles de la capital mexicana y seis años después, el senado de la República aprobó la ley en la que convirtió el 20 de noviembre en festejo nacional oficial en la que se reflejaba “la voluntad pacifista y conciliadora de nuestro pueblo”.
Vista panorámica del Desfile Deportivo de 1963, se observa el recorrido por la Avenida Juárez en la que pasa el contingente de charros. Fotografía de EL UNIVERSAL.
Con esto demostraba que las diversas secretarías de Estado apoyaban al jefe del Ejecutivo y a su mandato junto con los deportistas de excelencia de diferentes disciplinas y miembros de organizaciones civiles. La unión de un pueblo que había permanecido dividido por las diferencias ideológicas, sociales y políticas.
A partir de 1941 se formalizó la ceremonia del Aniversario de la Revolución Mexicana con la asistencia del presidente Manuel Ávila Camacho (1940-1946); quien, de acuerdo con la historiadora Sara Sefchovich, buscó darle a su gobierno un enfoque de “unidad nacional”, apoyo al campo, acogida de inversión extranjera, un fin a los conflictos con la iglesia y la eliminación de la educación socialista, entre los más importantes. El desfile era ideal para mostrar estos elementos en conjunto de una manera sutil y efectiva.
Esplendorosa celebración del aniversario de la Revolución Mexicana, publicada a ocho columnas el lunes 20 de noviembre de 1944 en EL UNIVERSAL.
Dentro de la organización de la parada anual deportiva se fueron añadiendo con el tiempo nuevos elementos adaptándose con la época y a la imagen que quería proyectar cada mandato presidencial.
Generalmente, hoy el recorrido utiliza las principales calles y avenidas de la Ciudad de México e incluye pasar por el Palacio Nacional donde el jefe de Estado y sus invitados observan desde el palco presidencial a los contingentes de deportistas mexicanos , elementos de la fuerza policiaca, la Armada de México y las fuerzas armadas, varias exhibiciones de las diferentes disciplinas deportivas como gimnasia aeróbica, basquetbol, artes marciales y lucha libre, así como los carros alegóricos con personajes relacionados con la Revolución Mexicana y los símbolos patrios.
La participación de la Asociación de Charros haciendo acrobacias en el desfile deportivo de los años 60. Fotografía de EL UNIVERSAL.
Otras actividades comunes previas al desfile deportivo son los honores a la bandera y al presidente, representaciones históricas de la época revolucionaria , maniobras de adiestramiento militar y paracaidistas de la Fuerza Aérea Mexicana, acrobacia ecuestre y la caballería, por mencionar algunos.
Es común también la participación de elementos del Cuerpo de Bomberos, la Cruz Roja, diferentes unidades de los grupos de emergencia y rescate locales, motociclistas, automovilistas, asociaciones de charrería, entre otras organizaciones de la sociedad civil.
Aspectos del desfile deportivo en la plancha del Zócalo capitalino celebrado el 20 de noviembre de 2012. Fotografía Ariel Ojeda, imagen en acervo de EL UNIVERSAL.
Los vistosos carros en donde transportan a las grandes personalidades atléticas están encabezados por los ganadores del Premio Nacional del Deporte (PND), una condecoración fundada en 1975 a la par del 20 de noviembre y entregada cada año por el gobierno federal mexicano por medio de la CONADE, agregada a la Secretaria de Educación Pública, a los entrenadores, deportistas , jueces o árbitros sobresalientes en el ámbito.
Este año, la Secretaria de Educación Pública dio a conocer que los deportistas reconocidos por su “dedicación y esfuerzo en cada una de las disciplinas en las que participan” son la marchista Alegna González en la categoría no profesional, el boxeador Saúl Canelo Álvarez en la profesional, el pesista José de Jesús Castillo en la de paralímpico, Ignacio Zamudio e Iván Ruiz Muñoz en la de entrenador de marcha y ciclismo respectivamente, mientras que la categoría de juez quedó desierta.
En el salón “Presidentes”, el Jefe del Ejecutivo entregó el Premio Nacional del Deporte a jóvenes que destacaron en la actividad que practican. Fotografía Presidencia, imagen en acervo de EL UNIVERSAL.
El Premio al Mérito Deportivo, anexado hace unos años junto al PND, lo recibirán la squashista multimedallista Samantha Terán y el presidente de la Federación Internacional de Tiro Deportivo y tirador olímpico Olegario Vázquez Raña, ambos en la categoría I por trayectoria destacada y actuación en el deporte mexicano. Mientras que el presidente de los Charros de Jalisco, de la Liga Mexicana del Pacífico, Salvador Quirarte Villaseñor fue premiado en la categoría II por fomento al deporte.
Desfile en honor a la Revolución Mexicana en Avenida Juárez del 20 de noviembre de 2006. Fotografía de Saúl Navarro, imagen digital en acervo de EL UNIVERSAL.
Desfile camaleónico
Lo cierto es que en ningún año se ha presentado una celebración idéntica a otra, variando en su duración, en los elementos que la conforman, en el lugar donde inicia o termina el desfile o su cancelación total. Esta excepción ocurrió en el 2014, cuando la Secretaría de Gobernación informó el 19 de noviembre que la conmemoración sería una “ceremonia de entrega de condecoraciones y ascensos a personal militar en activo” de las Secretarías de Marina y de la Defensa Nacional que tendría lugar en Campo Marte.
Elementos del Ejército Mexicano retiraron las gradas en el Centro Histórico y las avenidas por donde iba a pasar el desfile esa misma noche y, de acuerdo con este periódico, se les comunicó a los invitados de esta decisión sin dar detalles del motivo.
No era necesario pedir explicaciones, el ambiente nacional estaba aún conmocionado por la tragedia ocurrida el 26 de septiembre de ese mismo año con el caso de los estudiantes normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero, y la gente comprensiblemente no tenía ganas de celebrar.
En comparación con la celebración de Independencia del 16 de septiembre, la convocatoria de la población es mucho menor. De no ser por los carros alegóricos y personalidades populares del deporte como son los personajes de la lucha libre y los ganadores de medallas olímpicas, el atractivo del desfile disminuiría considerablemente.
Sea como fuere, el desfile del 20 de noviembre ha trascendido hasta nuestros días uniendo el pasado con el presente. Ha tenido la capacidad de sobreponerse a situaciones políticas y sociales y sido un escaparate para promover los valores deportivos y de salud nacionales.
En nuestra fotografía principal se pueden observar atletas del IMSS haciendo acrobacias en el desfile deportivo de los años 60. Archivo fotográfico de EL UNIVERSAL.
FUENTES:
“Revolución Mexicana y Constitución de 1917” Documentos para la historia del México Independiente de Óscar Castañeda Batres. Edición especial Miguel Ángel Porrúa para Banco Internacional. Primera edición.
“La suerte de la consorte” (páginas 193-303) de Sara Sefchovich. Editorial Océano.
“La revolución interrumpida” de Adolfo Gilly. Colección Problemas de México. Ediciones Era.
http://www.deporte.gob.mx/noticias/noticias_leer.asp?id=43
http://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/fotografia:444097
http://archivo.eluniversal.com.mx/notas/383222.html
https://www.gob.mx/segob/prensa/ceremonia-de-condecoraciones-y-ascensos-a-personal-militar
http://conadeb.conade.gob.mx/
Archivo EL UNIVERSAL