Más Información
Vinculan a proceso a “El Fantasma”, jefe de seguridad de “El Chapo” Guzmán; le imponen prisión preventiva en Sinaloa
Polémicas de Rosario Piedra en la CNDH; reelección, gestión de quejas gestión de quejas y apoyo a desaparición del organismo
Monreal rebate declaraciones de Higinio Martínez de que el país esté viviendo un horror; “no tiene razón”
Ministro González Alcántara desecha 3 impugnaciones contra reforma judicial; las emitieron en Guanajuato y Chihuahua
Firma del PACIC: Sheinbaum se compromete a fijar precio máximo de canasta básica en 910 pesos; presume reducción de 129 pesos
Texto: Susana Colin Moya
Diseño Web:
Miguel Ángel Garnica
“Era muy venerada nuestra señora . Ahorita nos sentimos huérfanos porque ya no está”, comparte Angélica Gómez de 87 años al referirse a Nuestra Señora de los Ángeles, imagen de la Virgen María cuyo templo, ubicado en la colonia Guerrero, se vio afectado con los pasados sismos del 2017.
La cúpula de esta parroquia se derrumbó el 24 de septiembre de ese año, cinco días después del temblor que sacudió la ciudad. Desde ese momento el recinto permanece cerrado al culto por seguridad, lo cual produce tristeza y decepción en muchos habitantes de este popularmente conocido “Barrio de Los Ángeles”.
A pesar de este hecho, la memoria y el aprecio a este lugar permanecen más vivos que nunca. Hoy, en el día de la fiesta de Nuestra Señora de Los Ángeles , recordaremos su singular historia.
Fotografía del templo el 25 de septiembre de 2017. Tras el sismo, la imagen de la Virgen de Los Ángeles permaneció intacta. Archivo de EL UNIVERSAL.
Cuando Fernando Escobar llegó a vivir a la colonia Guerrero en los años 70, la fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles lo tomó por sorpresa:
“Como a las cinco de la mañana despertamos todos asustados en la casa al escuchar una tronadera de cohetes y retumbar de campanas […] Inmediatamente subimos a la azotea y observamos el espectáculo mañanero: las bolas de humo que se forman al estallar los petardos arriba de la iglesia y algunas señoras en la calle que se dirigen al templo”, relata en la crónica “Hay cosas que no se olvidan”, contenida en el libro Sábado Distrito Federal (1989).
En efecto, cada 2 de agosto la celebración comenzaba con las campanas de la iglesia sonando a las cinco de la mañana. En algún momento la fiesta se conoció como Las luces de los Ángeles porque los parroquianos acudían al llamado con velas, cuenta el profesor de danza y estudioso del pasado de este barrio, Xavier Aguilar.
A las seis comenzaban las tradicionales Mañanitas y más tarde la misa, a la que acudían feligreses no sólo del barrio, también de otros estados, incluso de otros países.
Lo importante de este día es que el padre les permitía pasar a “saludar” a la Virgen : se formaba una fila de personas para pasar frente a esta imagen de óleo sobre adobe admirada por la belleza, la devoción que la acompaña, y por el relato de su historia.
Registro de la misa del 2 de agosto de 1970. No se sabe el momento en que esta imagen se comenzó a nombrar como “de Los Ángeles”, cronistas del siglo XIX aventuran que el motivo fueron los muchos ángeles que acompañan a la Virgen. Archivo de EL UNIVERSAL.
Fachada de Nuestra Señora de Los Ángeles el día de su fiesta. Una característica importante de este día es la presencia de vendimia y feria. 1970. Archivo de EL UNIVERSAL.
La primera aparición de la Virgen está registrada en el libro Breve noticia de la prodigiosa imagen de Nuestra Señora de los Ángeles (1781), donde el bachiller Pablo Antonio Peñuelas narra la leyenda: durante una fuerte inundación en 1580 , al barrio tlatelolca de Coatlán (lugar de salitre en náhuatl) llegó un lienzo de la Virgen María, el cual fue rescatado por el cacique de la localidad, Isayoque .
Conmovido por la belleza de la imagen, Isayoque decidió adorarla. Como el lienzo estaba afectado por el agua, el cacique mandó copiar a la Virgen en un muro de adobe alrededor del cual construyó una pequeña ermita registrada como lugar de culto público en 1595.
En su investigación, Peñuelas relata las vicisitudes a las que sobrevivió esta Virgen los últimos 200 años: inundaciones, temblores, abandono, incluso un momento en el que fue tapada con petates húmedos y tablas de madera. Las paredes del templo que la resguardaban se cayeron, se reconstruyeron y destruyeron en repetidas ocasiones. Lo más sorprendente, afirma, es la milagrosa conservación de la imagen.
De hecho, en 1777 acudieron al lugar un par de célebres pintores para dictaminar la pintura. Ambos coincidieron en que en algún momento la imagen había sido retocada, salvo las manos y el rostro de María, estos últimos conservados por “fuerzas superiores a las de la naturaleza”.
Fotografías publicadas en este diario el 29 de octubre de 1923 donde se aprecia la referida imagen. Archivo de EL UNIVERSAL.
La Madona de los pobres
Aunque lo que ahora llamamos colonia Guerrero pertenece a la zona central de la Ciudad de México, durante muchos siglos fue el límite de ésta. En 1781, según descripciones del libro Breve noticia de la prodigiosa imagen de Nuestra Señora de los Ángeles , este lugar por ser árido e infértil estaba casi deshabitado , lo que hacía difícil mantener un culto constante en su iglesia.
Frente a esta dificultad existieron personajes que durante el siglo XVIII dedicaron su tiempo y dinero a mantener y engrandecer el templo, como la devota familia Giraldos o el sastre Joseph de Haro.
El lugar comenzó a ser intensamente poblado hasta la segunda mitad del siglo XIX, refiere la investigadora Cecilia Barraza. La llegada del tren , con la estación del Ferrocarril Mexicano (donde ahora es el edificio de la alcaldía Cuauhtémoc) en 1873 y el fraccionamiento de la que sería la colonia Guerrero por Rafael Martínez de la Torre provocaron que llegaran a este sitio trabajadores: se convirtió en un barrio obrero , habitante de vecindades .
Este aspecto es retratado por Manuel Altamirano en su crónica La fiesta de Los Ángeles (1884) cuando dice: “La virgen de los Ángeles es la madona de los pobres y nada más […] la protectora de un barrio lleno de salitre, de fango y de miseria”.
La plaza y el templo de Nuestra Señora de los Ángeles, en la colonia Guerrero, alrededor de 1880. La fiesta del 2 de agosto, según Manuel Altamirano, duraba 8 días y parecía un “bacanal” católico. Imagen: "Guía retrospectiva de la Ciudad de México"
La calle de Lerdo, en la colonia Guerrero, vista hacia el sur. A la derecha el templo de Nuestra Señora de los Ángeles. Sobresale el camino del tranvía. En su relato, Manuel Altamirano llegó al barrio en este transporte, el cual abordó a un costado del Zócalo. Foto: La Ciudad de México en el Tiempo.
La iglesia como la conocemos en la actualidad fue construida durante la segunda mitad del siglo XIX, sin embargo, el relieve que vemos hoy en la fachada y la cúpula le fueron colocados en el siglo XX.
El templo se convirtió en el eje espiritual del barrio; espacio de encuentro y de celebración cada 2 de agosto. La virgen fue coronada en 1923 en el marco de una fiesta sin igual que conjuntó a cerca de 20 mil asistentes de todas las clases sociales, según se reportó en este diario el 29 de octubre de 1923.
En 1923 este templo ya tenía la cúpula que lo caracterizó por décadas, pero aún no tenía el relieve de la fachada. Archivo de EL UNIVERSAL.
Una de las temporadas de la parroquia más recordadas por los actuales habitantes del barrio fueron los años 70. En el artículo “Organización vecinal desde el templo” publicado en la revista vecinal La Guerrero. Identidad y palabra , el sacerdote jesuita Arnaldo Zenteno cuenta cuando existió una fuerte vinculación de la parroquia con la comunidad.
Siguiendo la metodología de las Comunidades Eclesiales de Base , se organizaron grupos de feligreses, jóvenes estudiantes jesuitas y sacerdotes que visitaban las vecindades para catequizar e identificar los problemas que les aquejaban: muchas de las viviendas eran viejas y en época de lluvias había derrumbes de los techos, familias eran injustificadamente desalojadas y no conocían sus derechos como inquilinos.
Se comenzaron a estructurar proyectos que iban más allá de la evangelización. Angélica Gómez recuerda que, además de catequizar en vecindades, visitaba a los ancianos “abandonados” para ofrecerles comida. Durante los fines de semana, junto con otras mujeres, cambiaba techos de las vecindades antiguas y muchas veces ayudó a impedir desalojos. Esta “organización vecinal desde el pulpito” preparó el terreno para que surgieran cooperativas y grupos tan importantes como la Unión de Vecinos de la Colonia Guerrero.
En la iglesia se editaba una revista que se distribuía en el barrio. Cortesía: Rafael López.
La organización vecinal les ayudó a hacerle frente a la desgracia que representó el terremoto de 1985 para la zona. De hecho, parte del templo de Los Ángeles funcionó como bodega donde se resguardaron víveres para los muchos campamentos de afectados por el sismo.
Resistencia reactivada
“El sismo del 2017 activó la organización que ya existía ” comparte para este diario Cecilia Barraza, al referirse al movimiento vecinal que desencadenó el daño físico que sufrió el templo de Nuestra Señora de Los Ángeles.
El día siguiente al derrumbe de la cúpula se llevó a cabo la primera reunión de los habitantes del barrio: personas que habían participado en las acciones del sismo de 1985 y jóvenes que se integraron con el entusiasmo de ayudar, nos relata Rafael López, vecino de la calle Flores Magón.
Con el tiempo se formó un grupo de interesados, los cuales se asociaron en una junta vecinal llamada Amigos de Nuestra Señora de Los Ángeles .
Además de trabajar en conjunto con personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia , quienes se encargan de los dictámenes para comenzar la restauración, este grupo ha realizado eventos de difusión cultural , como proyecciones de películas donde aparecen lugares de la colonia Guerrero.
El templo de Los Ángeles no sólo se convirtió en un lugar de culto, sino de la resistencia, de querer permanecer en un lugar y mejorarlo. Así es la identidad de este barrio; “estamos trabajando para que nuestra señora vuelva a tener su casa levantada , como ella nos ayudó cuando teníamos tirada la nuestra”, comenta Angélica Gómez con un dejo de tristeza pero a la vez mucha esperanza en su voz.
Vendimia afuera de la parroquia el 2 de agosto de 1970. Archivo de EL UNIVERSAL.
Fuentes documentales:
Hemeroteca de EL UNIVERSAL.
“Hay cosas que no se olvidan" (1989) de Fernando Escobar en Sábado Distrito Federal .
Breve noticia de la prodigiosa imagen de Nuestra Señora de los Ángeles
(1781) de Pablo Antonio Peñuelas. Disponible: https://bit.ly/2Ymd0Hd
"La fiesta de Los Ángeles" (1884) de Manuel Altamirano en Paisajes y leyendas. Tradiciones y costumbres de México. Disponible: https://bit.ly/2YpxQpq
"Santuario de Los Ángeles" (1880) de Manuel Rivera Cambas en México pintoresco, artístico y monumental . Disponible: https://bit.ly/2OJk5xo
“Organización vecinal desde el templo” (2018) de Arnaldo Zenteno en La Guerrero. Identidad y palabra , revista vecinal distribuida en puestos de periódicos de la colonia Guerrero. Más información: https://bit.ly/317llvm
Entrevistas:
Angélica Gómez, Rafael López, María Elena Aguilar, Xavier Aguilar, Cecilia Barraza y vecinos de la localdad.