Más Información
Unión Nacional de Padres urge a acabar con clima de inseguridad en Sinaloa; exigen esclarecer asesinato de su líder
“Aún hay tiempo”: Inai lamenta extinción aprobada por Diputados; pide al Senado reconsiderar reforma
Oposición se lanza contra extinción de órganos y elección judicial; diputada de MC llama a interponer controversia constitucional
Diputados avalan súper secretaría de García Harfuch; SSPC investigará delitos y coordinará inteligencia a nivel nacional
Con prórroga o sin ella, elección judicial va, asegura Taddei; afirma que presupuesto de 13 mmdp no es ninguna “ocurrencia”
Texto y fotografías actuales: Patricia Plata Cruz
Diseño web:
Miguel Ángel Garnica
La Ciudad de México tiene una traza que a veces no se logra comprender del todo, incluso podría considerarse un tanto confusa para quien no esté acostumbrado a andar por sus transitadas calles.
Entre todas las colonias de nuestra ciudad existe una que cuenta con una traza urbana excepcional del tipo plano radiocéntrico , esto significa que sus calles convergen en un centro, y las perpendiculares parten de este centro a la periferia.
Los terrenos que actualmente conforman la Colonia Federal , ubicada en la alcaldía Venustiano Carranza, y las ahora instalaciones del Aeropuerto solo eran llanos, conocidos como los llanos de Balbuena pertenecientes a los Braniff, una familia de la burguesía porfiriana.
En 1908, el terreno de 72 hectáreas pasó a ser propiedad de la federación. Se pensó en construir un panteón, pero por la lejanía del centro de la ciudad y la carencia de las condiciones higiénicas necesarias, este proyecto fue abandonado.
En mayo de 1924, se planteó aprovechar este terreno para edificar una nueva cárcel municipal ; pero ninguno de estos planes se llevó a cabo porque en junio del mismo 1924, los empleados de la Secretaría de Gobernación comenzaron a gestionar la compra de este terreno, ubicado en el paraje conocido como “Cuatro Árboles”, para construir las casas no sólo de los empleados de esta dependencia, sino de todos aquellos que fuesen funcionarios públicos.
Pequeña nota del 20 de junio de 1924 publicada en EL UNIVERSAL, donde se informaba que los trabajadores de la Federación querían establecer su propia colonia.
Estos trabajadores crearon una comisión que fue recibida el 24 de junio de 1924 por el entonces presidente de la República Álvaro Obregón. La comitiva estaba encabezada por los licenciados Juan B. Castelazo y Julio Santosco , además de los señores Francisco Mancilla y Clodoveo Valenzuela y solicitaba que el terreno les fuera vendido en liberales condiciones de pago para fraccionarlo y así poder construir sus casas.
El presidente Obregón dijo que lamentaba que el terreno no fuese suficientemente grande para que en él pudiesen establecerse todos los empleados federales , también que, de haber sido otras las circunstancias económicas del país, el terreno les hubiese sido cedido gratuitamente.
Fue el 24 de octubre de ese mismo año que el presidente Álvaro Obregón ordenó a la Dirección de Bienes Nacionales, dependencia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que se efectuara un contrato de compra-venta e hipoteca de los terrenos pertenecientes a la entonces municipalidad de Ixtacalco a la Sociedad Civil denominada “Colonia Federal” , nombre que fue propuesto por los mismos trabajadores.
El Consejo de Administración de la Sociedad Civil Colonia Federal estableció sus oficinas en la propia Secretaría de Gobernación y estaba constituido por los señores Mancilla, Matus, Ávila Bablot y Bárcenas, empleados de la misma secretaría.
En esos días, Raúl Romero Erazo (abuelo de Fernando Romero, arquitecto que diseñó el museo Soumaya) fue el encargado de fraccionar los terrenos de las colonias Federal y Cuatro Árboles , y así iniciar la venta de los lotes para que los trabajadores de la federación pudieran construir sus casas.
En 1925, el Consejo se reunió para invitar a los funcionarios gubernamentales y poder iniciar las obras de urbanización de la colonia, las cuales arrancaron el domingo 8 de febrero de ese año. A pesar de las precarias condiciones, la Colonia Federal se fundó el 16 de febrero de 1925 con la presencia de autoridades del gobierno de la Ciudad de México.
En julio de aquel año, hubo un intento de robo de la caja fuerte donde se guardaba el dinero perteneciente a la cooperativa para empleados federales en las oficinas de la Colonia Federal, fue cuando doce bandidos en dos autos ingresaron a las oficinas administrativas, entonces ubicadas en Bucareli 100, pero los ladrones no consiguieron su objetivo.
Plana de EL UNIVERSAL del 31 de julio de 1925, donde se relata a detalle los sucesos del intento de asalto.
Una de las primeras casas que se habitó en la colonia fue la del doctor y general Guadalupe Gracia García-Cumplido, fundador de la Escuela Médico Militar. La familia Gracia García Martínez fue la quinta en llegar a vivir a los llanos que quedaban a la altura del kilómetro cinco de la entonces carretera México-Puebla, en 1927.
Guadalupe Martínez Barragán, esposa del Dr. Guadalupe García, al lado del pozo artesiano con el que sobrevivieron hasta que llegó el agua potable en 1947. Imagen tomada del libro El servicio médico durante la Revolución mexicana.
Como esta colonia sería en algún principio para los empleados federales , las calles se llamaron de acuerdo a la dependencia de gobierno en la que laboraban los trabajadores que adquirían los lotes ya fraccionados por el señor Romero, quien planificó la Federal y su singular traza inspirado, muy probablemente, en la Plaza Charles de Gaulle de París o en el municipio de Palmanova en Italia.
La colonia no tiene radiación circular, sino octagonal , ya que sus 16 calles van de “adentro hacia afuera” y otras 5 de forma circular o anillar que va expandiéndose rodeando el centro. Podría decirse que el trazado perfecto de la Federal es único en nuestro país.
En entrevista para este diario, el especialista en traza urbana René Sánchez Vértiz menciona que la principal ventaja de los trazados radiocéntricos es su proximidad al centro y estéticamente ayuda bastante.
También dice que existen algunas desventajas, ya que la gente se desubica con facilidad porque las manzanas tiene forma trapezoidal y las distancias en la parte central son más próximas, entonces se van alargando los recorridos más en la periferia.
El especialista dice que una nomenclatura de tipo numérico (calle 1, calle 2, calle 3, etc), termina con la desubicación, pero cuando las calles tienen nombres diferentes, como es el caso de la Federal, el transeúnte se puede desorientar fácilmente.
En el caso de que los lugares sean más amplios, situación que no pasa en la Federal, lo que suele ocurrir es una gran carga vehicular que se concentra mucho en el centro.
La Colonia Federal tuvo un trazo postrevolucionario . El arquitecto Sánchez Vértiz comenta también que en las décadas de los 20 y 30 había una moda de hacer trazados muy organizados, heredado de lo que venía sucediendo desde el siglo XIX con la Revolución Industrial y la organización de las viviendas de los obreros.
En este periodo postrevolucionario imperaba una ideología de orden y reorganización , podría decirse que de construcción de un México nuevo, un deseo que partió después de la Revolución Mexicana, de establecer un nuevo orden en todos los ámbitos desde lo gubernamental hasta lo urbano.
En este plano de la Ciudad de México de 1929 ya se puede notar la traza de la colonia. Mapa tomado de Mapoteca Manuel Orozco y Berra. Disponible en https://bit.ly/2Ywwu7J
La Colonia Federal tuvo una serie de problemas legales que empezaron desde 1929, cuando se informó de un embargo que el señor Nicolás Sastré había hecho, de acuerdo con el Consejo que presidían Francisco S. Mancilla y Pedro Luna Domínguez, reclamando a la Sociedad la cantidad de 55 mil pesos, por lo que el juez dictó una sentencia de remate.
El asunto empezó desde 1925, cuando al contratista Sastre se le adelantaban pagos por trabajos de urbanización sin entregar, a pesar de esto, se le reconoció una deuda que le sirvió de base para intentar embargar a toda la colonia.
Los colonos no contaban con los recursos para pagar un abogado que defendiera el caso, así que fue el Lic. Enrique Colunga, quien se volvió el defensor de la Sociedad Civil Particular Colonia Federal, aceptando serlo a pesar de que sus honorarios se le pagarían después y con terrenos de la colonia.
No había muchas esperanzas para los colonos, ya que seguían bajo amenaza de embargo, después de una pelea legal que había durado casi 10 años, cuando en 1938, resultó favorable hacia ellos, pero no se hizo válido por no contar con un abogado, ya que el anterior tuvo un puesto gubernamental. Fue entonces cuando contrataron al licenciado Manual Macías y se decidió que se le pagaría con terrenos.
Toma aérea del aeropuerto. En la esquina superior izquierda se puede apreciar parte de la Colonia Federal en 1963. Fotografía tomada de la página de Facebook de la Colonia Federal. https://bit.ly/2HxGqa7
En agosto de 1939, los demandados desistieron del amparo. Ahí terminaron los problemas de propiedad de la Colonia Federal, ya que se regresaron los derechos de la misma, además de cancelar el embargo que se presentó en 1929.
Después de más de una década sin saber a dónde y a quién pertenecía, la Colonia Federal al fin pudo comenzar a modernizarse con obras que beneficiaron a los colonos, como escuelas de aviación, el aeropuerto y un autódromo.
Toma aérea del aeropuerto capitalino. En la esquina inferior derecha se puede apreciar parte de la Colonia Federal en los años 60. Fotografía tomada de la página de Facebook de la Colonia Federal. https://bit.ly/2HxGqa7
Por esta razón, Raúl Romero propuso vender los lotes restantes y subirles el precio , además, como algunos lotes eran más grandes que otros, por la forma de telaraña de la colonia se decidió que se abrirían dos calles más en 1943.
En noviembre de ese mismo año, el general Gracia García gestionó ante Martín Ruíz la mejora de los servicios de transporte de los colonos , siendo la compañía San Rafael Aviación Martínez de la Torre y Anexas S. de P., por lo que el 28 de agosto de 1944 se firmó el contrato para la construcción de la terminal de esta línea de autobuses urbanos. En ese año, se construyeron 60 casas, más de las que se habían construido en 20 años. La Colonia comenzó a urbanizarse.
En 1945, las dos nuevas calles fueron nombradas, según los deseos de Raúl Romero como: “Alejandro Romero”, por su padre y “Gral. y Dr. Guadalupe Gracia García”, por el hombre que tanto luchó por la colonia. Fue hasta 1950, cuando los nombres se sustituyeron por “Trabajo y Previsión Social” y “Procuraduría General de Justicia”.
El 2 de junio de 1946 fue inaugurado el servicio público de luz eléctrica y en ese mismo año comenzaron los cimientos de una capilla. Fue en 1947 que el agua potable llegó a la Colonia Federal.