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Texto: Patricia Plata Cruz
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Miguel Ángel Garnica
El incendio de la Catedral de Notre Dame nos hace recordar que hace más de medio siglo la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México también se prendió en fuego. Un incendio puso en peligro obras históricas, como un documento de 1529 donde se nombraba a Hernán Cortés gobernador de la Nueva España, el cual fue rescatado.
Eran las 11:45 de la noche del martes 17 de enero de 1967 , cuando dos policías que hacían su ronda en la patrulla 151 notaron que salía humo de la catedral, en la parte que da hacia la calle de Monte de Piedad.
Ellos se dieron cuenta que la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México ardía en llamas debido a un corto circuito cercano al Altar del Perdón. Los oficiales hicieron un llamado de emergencia y llegaron 27 elementos del Cuerpo de Bomberos , a bordo de 3 bombas, un tanque y un transporte.
De acuerdo con la información publicada en este diario, al lugar del siniestro también asistieron elementos del Cuerpo de Tránsito , ambulancias de las cruces Roja y Verde, la Policía Judicial y altos jefes policiacos entre los que se encontraban el general Raúl Mendiolea Cerecero, quien estuvo involucrado en las masacres de Tlatelolco y el Halconazo.
La Cruz Roja y el Heroico Cuerpo de Bomberos acudieron puntuales a la conflagración en Catedral Metropolitana. Fotografía de El Universal.
El par de veladores de la catedral , Ignacio Basurto y Porfirio Guzmán ya habían dado aviso al sacristán Jesús Pérez y al deán monseñor Ramón García Plaza de que el llamado Altar del Perdón estaba siendo consumido en llamas, cuando los bomberos llegaron y les indicaron los lugares donde se corría más peligro.
Uno de los mayores riesgos era el desprendimiento del estucado , ya que se consideraba una amenaza para los bomberos.
Mientras se trataba de controlar el fuego, fue instalada una planta de luz a la 1:30 de la madrugada del martes 18, para poder iluminar el interior, ya que estaba completamente oscurecido por el humo y dificultaba las labores de extinguir el fuego.
Transcurrieron las horas, a las dos de la madrugada, las llamas aún no cedían y ya se habían consumido en un 80% el Cristo del Perdón , las pinturas del siglo XVI "La Santísima Virgen de Pereyns" y "San Esteban de Baltazar Echave" (del cual sólo quedó el marco de oro), además de otros quince cuadros y el fresco de “La Asunción” en la cúpula.
Plano de ubicación y contenido del Altar del Perdón, al interior de Catedral Metropolitana. Imagen en acervo de El Universal.
Para esa hora, la sillería de madera de cedro que databa del siglo XVI, ya se encontraba en cenizas. Constaba de un total de 70 sillas distribuidas en dos hileras, aunque días después se dijo que los asientos perdidos fueron 75 de 99. El coro también fue víctima de las llamas.
A las 2:30 de la madrugada comenzó a incendiarse la viga central , donde se corría un riesgo mayor, ya que de ahí pendía el candil de más de una tonelada de peso. Los vitrales de la cúpula volaron en pedazos por la presión del calor, pero esto funcionó como una especie de chimenea, de donde salían llamas y posteriormente el humo, esto sirvió para que el fuego no se expandiera a otros lugares, como el Altar de los Reyes.
La famosa linternilla de la cúpula de la Catedral Metropolitana, sufrió en el incendio el que muchos vidrios se estrellaran y otros se fundieran. En la imagen se observan los trabajos de reposición. Fotografía de El Universal.
Un cuarto de hora más tarde, se había desprendido las laminillas de oro en el Altar de los Reyes , pero ya no existía el peligro de propagación del fuego a otras partes de la Catedral Metropolitana. A las 3 de la madrugada, el fuego ya estaba controlado.
El primer cuerpo del Altar del Perdón resistió a las llamas, pero la talla dorada y policromada que lo adornaban quedó maltrecha. Los daños se intensificaron con la presión de los chorros de agua , a pesar de que los bomberos tuvieron instrucciones de ser cuidadosos.
Cecilia Colin, estudiante de la licenciatura en Restauración por la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía "Manuel del Castillo Negrete" (ENCRyM) comenta que la importancia histórica de este trágico evento recae en que la Catedral Metropolitana es un recinto que resguarda el trabajo artístico de muchos años. Los objetos que alberga, a nivel técnico, representan el conocimiento tradicional de siglos de experimentación y dominio de los materiales. Su destrucción es la pérdida de esos saberes que los restauradores e historiadores estudian.
Al momento de la limpieza fueron encontradas, detrás del altar, 51 pinturas de Miguel Cabrera , José de Ibarra y los hermanos Nicolás y Juan Rodríguez Juárez , reconocidos pintores del barroco novohispano, además, en el interior de los órganos, una copia de un documento de 1529 donde se nombraba a Hernán Cortés como gobernador de la Nueva España.
También se encontró que el agua de las mangueras diluyó la tinta de 5 misales del siglo XIII, pintados al óleo y que contenían cantos gregorianos. Otras de las pinturas afectadas fueron “La Santa Faz” de Alonso López de Herrera y “El Martirio de San Sebastián” de Francisco Zumaya.
Los bomberos, trabajando entre tesoros carbonizados, en el ángulo que da hacia el suroeste, en el Altar del Perdón, cuyo óleo, inestimable en valor quedo totalmente destruido por el fuego. Se aprecia también, la puerta de acceso al coro y crujía. Pese a todo, el voraz elemento respetó, por intervención de los abnegados tragahumo, esculturas, pinturas y tallados. Fotografía de El Universal.
Las llamas persistieron durante tres horas, pero el humo y el calor estuvieron presentes un día entero, es por eso que a las 9 de la mañana del jueves 19, el arquitecto Jorge L. Medellín , subsecretario de Bienes Inmuebles y Urbanismo de SEPANAL (Secretaría del Patrimonio Nacional), acompañado de los técnicos en estructuras arquitectónicas y resistencia de materiales Manuel González Flores, Luis González Aparicio, Alberto J. Flores y Luis Ortiz Macedo, hicieron una valoración de los posibles daños estructurales que habría sufrido la Catedral.
Al terminar el recorrido, a las 12:30 de la tarde, se dio a conocer que a pesar de la intensidad del siniestro, la estructura y la cimentación estaban íntegras. También se dijo que lo que resultó afectado fue la nave donde se localizaba el coro, los órganos, el Altar del Perdón y todas las piezas de ornato.
Los trabajos de aislamiento duraron hasta el sábado 21 de enero, para esto se hicieron muros de protección de hierro y madera. Al día siguiente, se canceló la misa de las 8 de la mañana , ya que el aplanado y el estuco continuaban desprendiéndose y era un riesgo para los feligreses, así que la misa se efectuó en la sacristía.
Se tenía planeado que la labor de restauración durara siete días, para que la Catedral fuese abierta al público el domingo 29, pero no se terminaron en ese lapso, así que la catedral continuó con la entrada principal cerrada varios días más, así que la gente entraba por el costado poniente.
El mismo domingo, se hizo una misa solemne a la que asistieron solamente los miembros del cabildo, ya que continuaba siendo un riesgo la cantidad de feligreses dentro.
Titular del 18 de enero de 1967. Hemeroteca de El Universal.
Titular del 19 de enero de 1967. Hemeroteca de El Universal.
La restauración estuvo a cargo de Manuel Castillo Negrete, al frente de 11 expertos en el tema. El coro fue restaurado hasta 1979, mientras que la reconstrucción total terminó en 1972. Las misas se siguieron realizando con el mismo horario en la parroquia del Sagrario , anexa a la Catedral.
Las llamas devoraron el Altar del Perdón recubierto de laminilla de oro de 23 quilates que estaba ubicado a diez metros de la puerta principal, en la nave central de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, afortunadamente, no hubo víctimas.
En entrevista para este diario, Cecilia Colin señala la importancia de la conservación preventiva para evitar tragedias como éstas. “Es increíble de que en la actualidad estas cosas siguen pasando. Prevenirlo es menos costoso que llevar a cabo las restauraciones”, afirma.
En el ámbito de la conservación del patrimonio cultural existen planes de prevención de riesgos , donde, entre otras cosas, se establece cómo se debe de actuar en situación de incendio , inundación , robo … a quién acudir primero, qué piezas priorizar, etc. También se incluyen revisiones constantes de los inmuebles, de instalaciones eléctricas, filtraciones, entre otros factores que representan un riesgo para el patrimonio. El gobierno debería invertir en estos mecanismos de prevención, comenta la restauradora.
Lo que pasó en Paris el lunes pasado puede parecer un hecho lejano para los mexicanos, aunque si nos remontamos a nuestro pasado, en solo una noche, 4 siglos de historia y arte sacro terminaron hechos ceniza en uno de los recintos más antiguos e importantes de nuestra nación.
En la imagen principal se encuentra la primera plana del 19 de enero de 1967, hemeroteca de El Universal. Las fotografías comparativas son del Altar del Perdón pocos días después del incendio y en 2009. Foto antigua: El Universal. Foto actual: EFE
Fuentes:
Hemeroteca EL UNIVERSAL
Entrevista a Cecilia Colin
Mariana Pascual Cáceres, DE PATRIMONIO Y CENIZAS. El incendio en la Catedral Metropolitana de México y la primera restauración de sus órganos históricos, 1967-1977. Revista CR Conservación y restauración no. 7 (2015). Disponible en https://mediateca.inah.gob.mx/islandora_74/islandora/object/articulo%3A17339