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Texto: Carlos Villasana y Ruth Gómez
Fotografía actual:
Ruth Gómez
Diseño web:
Miguel Ángel Garnica
Tanto el país como la Ciudad de México están siendo parte de un movimiento a nivel internacional en el que se busca la disminución del uso de plásticos , unicel y los popotes con la intención de disminuir el daño que causan al medio ambiente en todo el mundo.
De acuerdo con un reporte de Greenpeace México , en nuestro país se consumen 650 bolsas de plástico por persona al año: “su promedio de uso es de 12 minutos para después ir a parar a los cuerpos de agua generando una severa contaminación plástica y provocando la muerte de miles de animales marinos ya sea por su consumo o por quedar enredados en ellas”.
Leyes para modificar el consumo de plástico
Hace un par de semanas, el Congreso del Estado de Hidalgo aprobó reformas para eliminar el uso de bolsas de plástico, recipientes de unicel y popotes, a menos que una persona lo requiera por condición médica. De esta forma, tiendas departamentales o de conveniencia, farmacias, centrales de abasto, mercados tianguis y otro tipo de comercios están obligados a dejar de utilizar plásticos e incentivar a sus consumidores a que lleven sus propios contenedores.
Afortunadamente, Hidalgo no es el único estado de la República que está modificando sus legislaciones para controlar el uso de plásticos o unicel -ya sea de forma municipal o estatal-, también lo están haciendo los estados de Baja California, Chihuahua, Sonora, Durango, Tamaulipas, Veracruz, San Luis Potosí, Jalisco, Ciudad de México y Nuevo León. Asimismo, el Estado de México ha hecho varios intentos contra la comercialización y uso del unicel, material que también daña al medio ambiente.
Aún con el arranque de estas acciones y ejemplificar que una vida sin plásticos es posible -retomando a mercados en Asia que empaquetan en hojas de plátano o esfuerzos municipales en Oaxaca o Michoacán donde los habitantes solicitan a sus alcaldes o presidentes que se prohíba utilizar plásticos- los gobiernos locales, estatales y federal tienen la tarea de buscar cómo reeducar a la población ante el cuidado del medio ambiente, ya que como lo comentaron los locatarios del Mercado, por décadas la gente ha utilizado bolsas de plástico y sin un mensaje claro que señale el impacto negativo que esto tiene en nuestro país o el mundo, la desaparición de esta costumbre parece imposible.
Tanto el gobierno como la sociedad civil, tienen la importante tarea de diseñar mecanismos a través de los cuales asumamos nuestra responsabilidad ante el cuidado del medio ambiente, ya que al utilizar únicamente envolturas de papel también se perjudica al mundo.
“El fotógrafo liberó a esta cigüeña de la bolsa de plástico en un vertedero de España. Una bolsa puede matar más de una vez: los cadáveres se pudren, pero el plástico perdura, y puede volver a asfixiar o a atrapar”. Fotografía de John Cancalosi para National Geographic.
Quizás con sistemas de multas o con una educación pertinente podremos lograr hacer valer las citadas tres “R”: reducir nuestro consumo, reciclar y reusar contenedores que tienen como finalidad tener una duración prolongada, como el vidrio , la tela o materiales biodegradables.
Cuadro comparativo que ejemplifica el tiempo que tarda en degradarse el plástico en la Tierra.
Nuestra imagen principal muestra una vista general de las cajas de cobro al interior de una tienda de autoservicio en los años ochenta, al frente lucen las bolsas de plástico. La imagen antigua comparativa es de los años 40 y corresponde a un mercado sobre ruedas donde el vendedor está elaborando un cucurucho de papel para entregar la mercancía solicitada a su clienta.
Fotografía antigua: Colección Villasana - Torres.
Fuentes: Locatarios del Mercado Obregón, Greenpeace México.