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Texto y fotos actuales: Susana Colin Moya
Diseño web: Miguel Ángel Garnica
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Situada en la colonia Jardín Balbuena, donde acaba el centro y comienza el oriente de la ciudad, se encuentra la Unidad Presidente Kennedy. Esta unidad habitacional, inaugurada en 1964, es una de las últimas grandes obras de vivienda funcionalista referentes de aquellos años, como la Unidad Independencia o el Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco.
Diseñada por Mario Pani, está conformada por 94 edificios de 4 plantas; un total de 3 mil 104 departamentos repartidos en 4 secciones. Fue construida para trabajadores con el apoyo de sindicatos norteamericanos.
Vista de la avenida Francisco del Paso y Troncoso durante un maratón, en la década de los años 70. Se aprecian los edificios de la Unidad Presidente Kennedy. Cortesía familia Sánchez Estrada.
Los primeros habitantes de la unidad fueron trabajadores o familiares que pertenecieron al Sindicato de las Artes Gráficas (por sus siglas SUTAG). A esta organización pertenecían empresas enfocadas al rubro de la impresión y el diseño, como la Imprenta Aboitiz y Galas de México, compañía que hacía los típicos calendarios con la representación de la leyenda azteca de los volcanes, entre otras.
Hacia 1959 comenzó el proyecto de vivienda para los miembros del sindicato, que eran más de 5 mil. Cada semana aportaban 5 pesos y pronto reunieron el dinero suficiente para comprar un terreno en Atzacoalco, al norte de la ciudad. Como éste se ubicaba, mitad en el Distrito Federal y mitad en el Estado de México, llevar todos los servicios necesarios (agua, luz, transporte) no era administrativamente viable, cuenta Jorge Maya, actual administrador de la Unidad.
Decidieron entonces buscar otra opción. Después de muchas gestiones, el sindicato logró que el Lic. Ortiz Mena, entonces secretario de Hacienda, expropiara los terrenos donde actualmente se ubica la Unidad Presidente Kennedy, en la colonia Jardín Balbuena.
¿Por qué Unidad Kennedy?
Contrario a la actualidad, en los años sesenta existía un fuerte aprecio por el presidente de los Estados Unidos de América; John F. Kennedy. No era gratuito. Como respuesta a la entonces reciente Revolución Cubana, Kennedy puso en marcha un programa de ayuda económica para América Latina llamado “Alianza para el progreso”. La idea era mantener al continente unido contra la influencia de la Unión Soviética a través de apoyos económicos y sociales en educación, sanidad y vivienda.
Como parte del seguimiento a dicho programa, John F. Kennedy visitó diversos países de Latinoamérica y en 1962 tocó el turno al nuestro. En ese año la unidad estaba en plena construcción y el coche en el que viajaba sólo pasó frente a ella rumbo a Los Pinos.
Dicha visita fue todo un suceso para la época. “No se había visto nada semejante en México, ni los allegados al mandatario norteamericano creen que la haya igualado, siquiera, bienvenida alguna en otros países”, reportó EL UNIVERSAL el 30 de junio. A su llegada, acompañado del presidente de la República Adolfo López Mateos, Kennedy viajó desde el aeropuerto a Los Pinos en un coche descubierto, saludando a las personas que llenaron las calles al verlos pasar.
El sábado 30 de junio de 1962 EL UNIVERSAL cubrió el cálido recibimiento del presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy.
Patricia Calva se acuerda muy bien de ese momento. Tenía 10 años y estudiaba en la Escuela Primaria Benito Juárez, ubicada en la colonia Roma. Para darle la bienvenida al presidente Kennedy, su escuela, junto con otras más, llevaron a los estudiantes a la zona por donde éste transitaría con su comitiva.
A ella le tocó estar en la intersección de Fray Servando con Francisco del Paso y Troncoso, justo donde se ubica parte de la Unidad Kennedy, en ese entonces obra negra. “Me quedé muy impresionada, por el presidente Kennedy, muy guapo igual que Jaqueline Kennedy vestida de rosa… pero también por los edificios de la unidad. Pensé . Quién lo diría, algunos años después se me hizo”.
La edificación comenzó en 1961 y finalizó en 1964, como símbolo de fraternidad entre México y Estados Unidos. Fue financiada por sindicatos norteamericanos afiliados a la AFL-CIO (Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales) a través del programa Alianza para el progreso.
Los trabajadores de las Artes Gráficas, en forma de agradecimiento, nombraron al proyecto con el nombre de Kennedy. De igual forma, la escuela primaria ubicada en la sección C, lleva por nombre “Estados Unidos de América”.
El principio de una nueva forma de vida
La Unidad fue inaugurada el 17 de noviembre de 1964. Dicho evento, cubierto por EL UNIVERSAL, fue espacialmente importante por la presencia del senador Robert Kennedy, hermano de John F. Kennedy, el cual había sido asesinado en 1963.
Como recuerdo de aquél evento, queda, en la sección C de la Unidad, la placa que develó Robert Kennedy hace 53 años. “Edificada para servir a los trabajadores de Artes Gráficas y a sus familiares. Esta unidad simboliza la fraternidad de los obreros sindicalizados de los Estados Unidos de Norteamérica con los de México” dice en una parte.
Imagen del 17 noviembre de 1964. Ceremonia de Inauguración de la Unidad Habitacional, Presidente Kennedy. Al centro se observa al mandatario de México, Adolfo López Mateos avanzar entre la gente acompañado por el senador norteamericano, Robert Kennedy. Una ciudadana mexicana se acerca a saludar al presidente y al senador. Foto: Jorge Soto/Archivo EL UNIVERSAL.
Aspectos de la inauguración de la Unidad Presidente Kennedy, el 17 de noviembre de 1964. A la ceremonia asistió el senador norteamericano, Robert Kennedy, el presidente México Adolfo López Mateos y otros funcionarios mexicanos y estadounidenses. Foto: Jorge Soto / Archivo EL UNIVERSAL.
La señora Gloria Estrada llegó a vivir a la unidad junto con su esposo y sus tres hijos, cuando tenía 25 años, en 1965. “Era muy bonita la unidad. Los edificios nuevos eran de varios colores: amarillos, azules, cafés, dependiendo si eran de lujo, semilujo o económicos. No tenían puerta en la entrada”.
Los ojos se le llenan de nostalgia al recordar aquellos tiempos, cuando la unidad estaba llena de niños. Tan solo en la entrada de su edificio, donde hay 8 departamentos, eran 20. Tanto así que el kínder de la zona, “República de Filipinas”, ya no tenía cupo en aquellos primeros años.
La mayor parte de las familias que llegaron a la unidad tenían hijos pequeños. Se aprecian los edificios en 1966. Cortesía familia Sánchez Estrada.
El siglo XX implicó un gran cambio en la manera de habitar y de relacionarnos en comunidades urbanas. Hoy en día nos puede parecer de lo más natural vivir en un departamento ubicado en el tercer o cuarto piso, rodeado de otros muchos más. Antes de estos conjuntos habitacionales, lo más cercano era vivir en vecindades: construcciones antiguas adecuadas para albergar a una familia extensa en un solo cuarto. Compartían el baño, los lavaderos y el patio con otras familias.
Hacia mediados del siglo XX la población de la capital aumentaba a pasos agigantados, debido a la migración del campo a la ciudad que provocaba la industrialización y la búsqueda de una mejor calidad de vida. Como respuesta a la necesidad masiva de vivienda, surgieron proyectos habitacionales funcionalistas que retomaban planteamientos de arquitectos europeos como Walter Gropius y Le Corbusier.
La apuesta era resolver la demanda de vivienda para trabajadores a través de construcciones verticales con espacios delimitados y homogéneos (recamaras, cocina, sala, cuarto de lavado) que privilegiaban la presencia de espacios comunes para fomentar la convivencia entre vecinos. El uso de materiales como acero y concreto es otra de sus características, menciona Gabriela Loaeza en su tesis de maestría en Ciencias en Arquitectura (IPN). Ejemplos de estos proyectos son el Centro Urbano Presidente Alemán (1949), el Conjunto Habitacional Unidad Independencia (1960) y la Unidad Presidente Kennedy.
Pocos años después de inaugurada la Unidad Kennedy, las plantas que sembraron sus habitantes ya habían crecido. Cortesía familia Sánchez Estrada.
Cincuenta y tres años después
Lejos quedaron los primeros años de vida de este complejo arquitectónico, cuando en los alrededores había predios baldíos y eran pocos los vecinos que tenían teléfono y auto propio. La tranquilidad de los años sesenta desapareció para dejar lugar a una zona de intenso movimiento en todos sentidos.
Se trata ahora de un área clave por su cercanía con la Delegación Venustiano Carranza, la Ciudad deportiva, la Terminal de Pasajeros y con el Congreso de la Unión, además de que está rodeada de estaciones del Metro y próximamente, de una línea de Metrobús. La creación de puentes y corredores viales ha fragmentado la Unidad, creando “islas” de difícil acceso para personas de la tercera edad o con silla de ruedas, por ejemplo.
A pesar de todo la Unidad Kennedy sigue siendo referente de aquellos años y proyectos de vivienda que consideraban esencial la existencia de espacios públicos de calidad, contrario a los muchos desarrollos inmobiliarios que hoy pululan en la ciudad, cuyo único objetivo es construir la mayor cantidad de departamentos en el menor espacio posible.
El tiempo no ha pasado en vano; la Unidad Kennedy luce distinta a la que fue en sus inicios. Existen; sin embargo, permanencias que se adivinan al analizar su arquitectura y al platicar no sólo con sus habitantes, también con los vecinos de otras colonias que recuerdan con cariño el transcurrir del tiempo con los edificios de la unidad como paisaje.
La Unidad Kennedy en la actualidad conserva el mobiliario urbano como las bancas de concreto originales.
En la foto principal se observa el aspecto general de la Unidad y todo el fervor que levantó la presencia del senador norteamericano, Robert Kennedy, en su inauguración. Foto: Jorge Soto /Archivo EL UNIVERSAL.
Las fotos comparativas son de la placa inaugural de la Unidad. En la foto antigua aparece Robert Kennedy, hermano de John F. Kennedy y el entonces presidente de México, Adolfo López Mateos. La placa permanece en la sección C de la Unidad. Hasta hace 30 años, a un lado se encontraba un busto de John Kennedy. Fue vandalizado y destruido.
Fuentes:
Gabriela Loaeza Díaz, “Espacio urbano, género y vida cotidiana. Urbanización sociocultural y el ama de casa en la colonia Jardín Balbuena”, Tesis para obtener el grado de Maestro en Ciencias en Arquitectura, por el Instituto Politécnico Nacional.
Entrevistas con Jorge Maya, Gloria Estrada y Patricia Calva, habitantes de la Unidad Kennedy.