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Texto: Patricia Plata Cruz
Diseño web:
Miguel Ángel Garnica
Es difícil imaginar que en la Ciudad de México de los años 20 y 40 se festejaba la llegada de la primavera con grandes desfiles de carros alegóricos , kermeses , concursos y hasta coronaciones de reinas por parte de los regentes de la ciudad en turno.
La finalidad de estos eventos al inicio era la diversión , luego la beneficencia pública donde tanto empresas como el gobierno local apoyaban en este fin, además de atraer turismo a la capital.
La bienvenida a la primavera tiene su origen en la época prehispánica durante el equinoccio, por el vínculo entre éste y los ciclos agrícolas , el cual marcaba el inicio de la siembra y el cultivo.
Entre los mexicas, la fiesta Tlacaxipehualiztli , dedicada a la deidad Xipe Tótec, era del 5 al 24 de marzo y significaba la “renovación de la tierra”.
Durante la época porfiriana se le daba la bienvenida a esta estación con la llamada “Fiesta Floral” , una de las festividades europeas favoritas de Porfirio Díaz que consistía en un desfile de mulas , bicicletas, carretas y automóviles adornados con todo tipo de flores, para culminar con una “batalla” campal donde se arrojaban flores.
Para saber más de esta “Fiesta Floral” puedes ver el Mochilazo publicado en 2017:
Esta celebración terminó en 1920, tal vez con el afán de desaparecer algún rastro de las festividades porfirianas. Pero años más tarde, EL UNIVERSAL ILUSTRADO de 1924 publicó que el presidente municipal del H. Ayuntamiento Constitucional de México, el licenciado Marcos E. Raya, junto con un comité, organizaron una “bienvenida” a la primavera en el mes de mayo.
Las “Fiestas de la Primavera” de aquel año fueron del 13 de abril al 5 de mayo, con diversas actividades, entre las que se encontraban concursos de flores y legumbres, de canciones y de carros alegóricos de conocidas tiendas.
EL UNIVERSAL ILUSTRADO publicó una nota el 15 de mayo de 1924 de una kermese en el Tívoli del Eliseo en el mes de abril, donde participaron varias empresas con puestos de comida y bebidas como: “El buen Tono”, “El Palacio de Hierro”, “El demócrata”, “El Sábado”, “La Huasteca Petruleum Company”, La Asociación Nacional de Charros y también esta casa editorial.
Puesto de EL UNIVERSAL durante la kermesse con motivo de las Fiestas de Primavera de los años 20. Hemeroteca de EL UNIVERSAL.
Estas fiestas, en comparación de las organizadas durante el porfiriato, eran más accesibles al pueblo , ya que no sólo participaba la alta sociedad. Era costumbre también que los sectores estudiantiles de los niveles superiores eligieran a una “princesa” que los representara como reina de las Fiestas de Primavera de la Ciudad de México.
Aquel 1924 la reina fue la señorita Berta Escalona, postulada por los alumnos del Conservatorio Nacional de Música.
Berta I, reina de la primavera de 1924 y su corte de honor. Colección Gustavo Casasola.
Se hacía un desfile de carros alegóricos , los principales que participaron aquel 1924 fueron el de la cigarrera “El buen Tono”, la cual también imprimió los carteles oficiales de la fiesta.
La papelería “El modelo” hizo un carro alegórico de un lápiz gigante , rodeado de flores, mientras que “Pebeco”, empresa dedicada a productos dentífricos, hizo una gran pandereta rodeada de sus productos, con varias jovencitas en ella.
Carro alegórico de la papelería “El modelo” durante su participación en el desfile de carros alegóricos de aquella primavera de 1924.
Estos festejos sirvieron no solo para el entretenimiento del pueblo, sino para su beneficio, ya que se aprovecharon para edificar e inaugurar varias obras como el Estadio Nacional de la colonia Roma, demolido en 1949, el alumbrado público de las avenidas 15 de septiembre y Juárez, también en la calle del Trabajo en la colonia Morelos, además de la pavimentación de la llamada avenida Veracruz, que hoy es un tramo de Insurgentes.
Estas fiestas no fueron del todo pagadas por el Ayuntamiento, las empresas patrocinadoras proveyeron los premios para los ganadores de los concursos y el dinero para las obras públicas.
EL UNIVERSAL, además de participar en la kermese de coronación de la reina, donó el premio para el primer lugar del concurso de carros alegóricos.
Estandarte para el primer lugar del concurso de coches adornados con flores donado por EL UNIVERSAL. 1924
Otra de estas conmemoraciones que tuvo repercusión en la comunidad ocurrió en 1947 , celebraciones que se hicieron del 29 de mayo al 1 de junio, en contra de la desnutrición infantil.
Entonces se contó con la participación de artistas de cine extranjeros como Danny Kaye , Virginia Mayo ( La vida secreta de Walter Mitty ), y John Payne ( Milagro en la calle 34 ), entre otros.
La reina de ese año fue la actriz Elsa Aguirre (Elsa I) postulada por el Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica , ceremonia que se llevó a cabo en el centro nocturno El Patio.
Coronación de Elsa I. La actriz mexicana de cine Elsa Aguirre.
Baile ofrecido en el centro nocturno, El Patio, de la colonia Juárez, donde también se coronó a la Reina de la Primavera Elsa I, al cual asistieron autoridades y sus huéspedes.
Al igual que las fiestas de 1924, hubo un desfile de carros alegóricos y una de las novedades fueron los aviones Luscombe de la empresa “Aereo Servicio S.A” que, impulsados por su propio motor, recorrieron el Paseo de la Reforma, Av. Juárez, San Juan de Letrán (hoy un tramo de Lázaro Cárdenas), Fray Servando Teresa de Mier, 5 de Mayo y la Plaza de la Constitución, para concluir en Bellas Artes.
La Fiesta fue patrocinada por el entonces presidente de la Republica y el Jefe del Departamento del Distrito Federal (DDF), Fernando Casas Alemán.
Carro alegórico de la reina de la Primavera y sus acompañantes pasando frente al Palacio de Bellas Artes durante las Fiestas de la Primavera en los años 40.
Al año siguiente, en abril de 1948 y con el mismo fin del anterior, las fiestas fueron organizadas también por el jefe del DDF y el comité organizador estuvo conformado, entre otros, por el entonces presidente Miguel Alemán , Beatriz B. Alemán, Amalia B. de las Casas Alemán, Mario Moreno “Cantinflas”, Emilio Azcárraga, y Miguel Lanz Duret, entonces presidente y gerente de esta casa editorial. Las fiestas se llevaron a cabo del 17 al 25 de abril de 1948, con mejores promociones y cartelera.
A los carros alegóricos se añadieron festivales de teatro ; concursos de música, trabajos científicos y literarios, en este último resultó ganador el escritor Xavier Villaurrutia con “Canto a la primavera y otros poemas”.
La festividad de aquel 1948 fue el marco para la premier de Un capitán de Castilla en el Teatro Cine Alameda y de otros eventos deportivos como corridas de toros, carreras de caballos, demostraciones de pelotas vasca, torneos de natación y lucha, partidas de polo, béisbol y de futbol. En esa ocasión también se recibió el apoyo de empresas extranjeras.
Cartel que anunciaba la premier de “Un capitán de Castilla”, en el marco de las festividades de la Primavera. 1948.
El mismo jefe del D.D.F., Fernando Casas Alemán , quien también fue miembro honorario del comité organizador, donó el terreno para la construcción de un hospital infantil.
Fachada del Hospital Infantil que comenzó a construirse en septiembre de 1948 gracias al terreno que donó el entonces jefe del DDF. Fernando Casas Alemán.
El tradicional concurso para ser reina de las Fiestas de Primavera comenzó desde febrero de aquel 1948 e incluía la invitación a cada uno de los estados de la República para que enviasen a la señorita que sería su “embajadora”.
Princesas de los estados durante el desfile de primavera de 1948 en la capital.
La ganadora del concurso era quien vendía más boletos a su favor.
Cada boleto tenía un costo de 20 centavos y la recaudación era para la misma causa.
En estos dos años, 1947 y 1948, las Fiestas de Primavera marcaron toda una tradición en la capital mexicana, aunque poco a poco vinieron en declive y se sustituyeron por otros festejos.
Programa de la ceremonia de coronación de Consuelo I publicado en esta casa editorial, a la cual asistió el presidente aquel abril de 1948.
Los bailes de Primavera en la capital
Se sumaron los bailes de primavera realizados por integrantes de la alta sociedad en diferentes clubes o casas de distinguidas familias.
En 1948 en estos bailes se percibía aún el elitismo , ya que sólo “damas y caballeros de la mejor sociedad y de las colonias extranjeras” eran los asistentes.
Incluso el Círculo Cubano residente en México decidió abrir sus puertas a la sociedad metropolitana para ofrecer un Baile de Primavera en contra de la desnutrición infantil.
El club “Unión y amistad” recabó fondos para trabajos caritativos en beneficio de niños huérfanos y de escasos recursos proporcionándoles becas y vestido.
También el “México City Country Club” organizaba los bailes de primavera en beneficio del Comité Nacional de Ayuda al Niño Indígena y a la Asociación Mexicana de la Cruz Roja.
Anuncio que invitaba al Baile de Primavera del Club France.1948
Los bailes organizados por la “Liga Juvenil de Asistencia Social” eran destinados al Albergue Temporal del Niño.
Los Bailes de Primavera más populares fueron los de la Sociedad de Alumnos de la Escuela Nacional de Ingenieros, ya que se realizaban desde 1919.
Inicialmente eran en el Casino Militar de Campo Marte y luego en el Palacio de Minería. Tocaban las orquestas más importantes de México, como la de Pablo Beltrán Ruiz, los Solistas de Agustín Lara y la Orquesta de Ingeniería.
El boleto por persona en los años 50 costaba 50 pesos. Varios jóvenes apoyaban montando el escenario para que la entrada les fuera gratuita.
Cartel promocional del baile de primavera de la Escuela Nacional de Ingenieros, uno de los más famosos de la época. Imagen obtenida de la página del Museo del Objeto (http://elmodo.mx/el-modo-del-modo/jose-vasconcelos/)
Otras escuelas organizaban anualmente Bailes de Primavera , por ejemplo la Escuela Médico Militar y la Escuela Nacional de Medicina , además de colegios privados como el Helen’s School y el Coronet Hall.
Con los Cursos de Primavera implementados por José Vasconcelos y la Misión Cultural conocida también como Instituto Social , los festivales cívicos y culturales en las zonas rurales comenzaron a multiplicarse a partir de 1926.
La inauguración y clausura de estos cursos contenía demostraciones deportivas como pirámides humanas, gimnasia rítmica, además de números musicales con bailables.
En algunas de estas ceremonias también era común rendir homenaje a Benito Juárez con poemas y representaciones escénicas por la coincidencia de la fecha de su natalicio y la primavera.
Actualmente, las escuelas de educación básica siguen organizando festivales semejantes a aquellas grandes Fiestas de Primavera y en algunos casos aún eligen a pequeñas niñas como Reinas.
Hoy, también se le da la bienvenida con otros tipos de festivales en zonas arqueológicas y en la capital, prácticas que se popularizaron hace al menos 25 años y nada tienen que ver con los rituales originales de culturas mesoamericanas.
Sea como sea, nunca está de más darle la bienvenida a la primavera , sinónimo de vida, de renovación, de juventud, de florecimiento y de alegría.
Nacionales y extranjeros acostumbran visitar zonas arqueológicas durante el equinoccio de primavera, aquí en la pirámide de Kukulkán, en Chichen Itzá. Archivo/EL UNIVERSAL.
Nuestra foto principal fue publicada en EL UNIVERSAL el 15 de mayo de 1924, es un desfile de primavera en el cual la reina electa, Berta I, pasea en un carro alegórico repleto de flores que simula una calabaza.
En la imagen comparativa antigua se aprecia a estudiantes disfrazados en el jardín de niños J.M. Vigil, realizan algún baile alusivo a la primavera. La imagen fue publicada el 24 de marzo de 1932 en EL UNIVERSAL ILUSTRADO. En tanto, en la actual se observa a un grupo de niños con disfraces, juegan durante un festival escolar con motivo del cambio de estación en el año 2001.
Fuentes:
Hemeroteca EL UNIVERSAL
Héctor Pineda, Exalumnos de la Generación 1950, recordaron su paso por la ENI. Disponible en: http://132.248.54.13/COMUNICACION/notas/416.jsp
Rosalba Delgadillo Torres, El equinoccio de primavera: mitos y realidades. Disponible en http://www.difusioncultural.uam.mx/casadeltiempo/13_iv_nov_2008/casa_del_tiempo_eIV_num13_57_62.pdf
Marco A. Calderón Mólgora, Festivales cívicos y educación rural en México: 1920-1940. Disponible en https://www.redalyc.org/html/137/13710602/