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Pese al incremento en los casos positivos de Covid-19, y de que en promedio 7 mil personas se contagian diariamente en la capital del país, este sábado se presentó un contraste, pues mientras decenas de jóvenes salieron a divertirse a los bares y antros de la Zona Rosa, Garibaldi y algunos restaurantes del Centro de la Ciudad lucieron vacíos.
Garibaldi se encuentra desolado. La fiesta, los mariachis y la bebida han quedado de lado por la pandemia de coronavirus.
Desde el 1 de enero, día en que esperaban el arribo de capitalinos, las condiciones no mejoran y ahora la variante ómicron comienza a alejar más a los clientes, no sólo en esta plaza, sino en otros puntos en el primer cuadro de la Ciudad de México.
“Ha estado muy bajo desde el 1 de enero, realmente hemos tenido un 31% de clientela”, dijo José Alberto Castillo Sánchez, capitán del restaurante Tenampa, un lugar mítico en la capital del país.
“Esto es por la pandemia, en otros años no hemos tenido tan poca gente. Creo que es generalizado [esto de la baja afluencia], he hablado con otros compañeros y también [reportan] bajas en sus restaurantes-bares”, dijo.
Sólo unos cuantos fieles a este corredor nocturno son los que se sientan a la mesa, piden una caguama u otra bebida, y se acomodan a disfrutar sin importar el repunte en los contagios Covid-19. Garibaldi no es para todos.
Las mesas se ven vacías en toda la plaza, los mariachis deambulan y apenas una pareja de enamorados les pide unas cuantas canciones para que un quinteto comience a deleitarlos con su música.
“Pero no me canta”, dice la mujer a los mariachis, quienes intentan que el novio se les una a coro en la interpretación.
Sin embargo, otras zonas de bares en el primer cuadro de la capital también lucieron con poca afluencia la tarde del sábado, pero poco a poco recibieron clientes, como ocurrió en la Zona Rosa, en donde desafiaron la probabilidad del contagio.
A pesar de que no hay restricciones sanitarias, y era día de quincena, únicamente la Zona Rosa recibió una cantidad importante de clientes.
Los asistentes ya sabían a donde entrar, por eso no todos los bares estaban concurridos. Otro aspecto es que esta calle es un cruce principal para las personas, por lo que se veía alta concentración de transeúntes.
En un recorrido que hizo EL UNIVERSAL por la zona de bares del Centro de la capital, así como otros puntos en donde regularmente se da el consumo de alcohol, se constató la baja afluencia generalizada de personas.
Sobre la calle de Regina predominaban las mesas vacías en algunos locales y en otros apenas las personas ocupaban hasta tres mesas.
Cerca de las 16:00 horas, los trabajadores llamaban a la clientela con ofertas que iban desde litros de cerveza y comida incluida. “¿Quieres mesa, amigo?, acá hay buenas promociones”, se escuchó.
En otro extremo de ese mismo corredor, cerca de la calle de Mesones, los bares estaban en su totalidad vacíos.
En la CDMX no hay restricciones, sólo el llamado a que no bajen la guardia.