Don Gregorio tiene 78 años y es originario del pueblo San Antonio Tecómitl, en Milpa Alta. Él es uno de los pocos capitalinos que todavía viven del campo. Todos los días, desde que se levanta a las cinco de la mañana para tomar sus herramientas, trabaja la tierra en La Era, su huerta de aproximadamente dos hectáreas, donde produce frijol, maíz y olivo, aunque en los últimos años ha apostado por la producción de frutas, en especial de manzana.

En sus terrenos, donde tiene alrededor de 500 árboles de este fruto y otras decenas de zarzamoras, aguacates, peras y hasta maguey pulquero, se alcanza a ver la mancha urbana de la capital.

El 59 % del territorio total de la Ciudad de México es suelo de conservación y en la alcaldía Milpa Alta se encuentra el mayor porcentaje, allí se desarrollan actividades agrícolas que son el sustento de muchas familias.

“Yo le debo todo al campo, es mi vida. Desde que yo estaba chamaco me ha dado todo, de comer. Es algo bien bonito, y más cuando ahora hasta mis nietos se interesan en él”, explicó don Goyo, como lo llaman sus amigos.

Mientras acomoda su sombrero, al tiempo que limpia el sudor de su frente con un viejo paliacate rojo, contó que se ha encargado de inculcar a sus hijos y nietos el amor y el respeto por el campo, tan es así que la tercera generación de su familia ya incursiona en la fabricación artesanal, comercio y distribución de jugo natural de manzana y rodajas deshidratadas de esa fruta.

Aunque en los últimos años ha tenido temporales difíciles debido a la sequía, producto del cambio climático, don Goyo dice estar agradecido con el programa Altépetl Bienestar, de la Secretaría del Medio Ambiente local (Sedema), que a través de la Dirección General de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Dgcorena) le provee cursos, insumos; y él, así como otros campesinos, está a la espera de que a su comunidad llegue una extensión del programa la cual abastecerá de agua a la región para mejorar la producción agrícola de la zona, además de capacitaciones que tienen que ver con la administración de los recursos de su cosecha.

“Ahorita esperamos a que nos llegue el agua, según en el programa también nos van a apoyar con eso porque la verdad sí se sufre en la sequía. También nos van a ir ayudando con más cositas y se agradece”, agregó.

En esta demarcación está prohibido perforar pozos, esto causa que los habitantes de sus 12 pueblos, comunidades y ejidos sufran desabasto de agua.

Por ello, don Goyo optó por enfocarse en la producción de manzana mientras le llega el apoyo del programa, que abastecerá de agua a los trabajadores del campo capitalino mediante sistemas de captación pluvial para continuar con la demás producción agrícola de su huerta.

En ese sentido, para este año la Sedema cuenta con un presupuesto de mil 90 millones de pesos con los que busca beneficiar a 13 mil productores, otorgándoles apoyos para que puedan continuar con sus actividades de protección, preservación, conservación, producción agropecuaria sustentable, restauración de los recursos naturales, así como al rescate del patrimonio biocultural en el suelo rural de la Ciudad de México; durante los tres años de operación de Altépetl, la dependencia capitalina ha apoyado a un total de 36 mil 594 beneficiarios.

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