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A diferencia de otros años, cuando las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México solían llenarse de calzones amarillos y rojos, en esta ocasión son pocos lo puestos que venden estas prendas que forman parte de las tradiciones de fin de año.
En un recorrido realizado por el periódico EL UNIVERSAL en las principales calles de comercio del Centro, como Correo Mayor, Moneda y en la inmediaciones del Zócalo capitalino, así como de Bellas Artes y Eje Central sólo se contabilizaron unos 10 puestos en los que se vendían estas prendas.
“Siento que la tradición se está perdiendo, porque en años anteriores toda esta calle se llenaba de puros calzones de ese tipo y ahorita solo somos dos puestos, hasta donde he visto que los vendemos”, comentó Javier, quien atiende un puesto de venta de ropa interior sobre esta vialidad desde años y afirmó que la venta de estas ropas en específico ha bajado.
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En los puestos que sí venden esta ropa interior se pueden encontrar calzones desde 20 pesos, bikinis o tangas a 90 pesos las tres piezas o calzones tipo “cachetero” de mayor calidad a 50 pesos la pieza, además de otro tipo de lencería, como brasieres rojos o amarillos desde los 60 pesos, con tallas desde chica hasta extragrande.
Además, hay otro tipo de variedades más exóticas como tangas con forma de elefantes, unicornios, chiles o de distintos personajes, como Santa Claus, Mickey Mouse, de los Pitufos o del Grinch también de colores rojos y amarillos a 100 pesos y en distintas tallas; aunque estos se encuentran en tiendas más especializadas, por lo regular.
“Pues usualmente los usamos mi pareja y yo para año nuevo, pero es más como parte de una tradición entre ella y yo. La verdad, luego hay buenos y malos años en lo económico o en la relación ya sea si los uso o no, ¿Pero queda intentar no?”, comentó uno de los clientes que compró un par de estas prendas en uno de los puestos de Correo Mayor.
En otros lugares donde se pudo observar una mayor cantidad de calzones de estos colores a la venta fue en mercados como La Merced o Jamaica, donde aún hay puestos ofreciéndolos en cantidades mayores, aunque sus locatarios también afirmaron que su adquisición ha bajado.
“Todavía hay gente que los busca y los compra, pero ha llegado menos producto y todo es importación, ya no hay nada nacional y eso hace que la gente no se interese tanto. Tampoco sé si es porque ya pasó de moda o a los jóvenes como que nos les importa mucho”, dijo Andrea, vendedora de ropa interior en el mercado de La Merced.
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