Xin Xin, de 32 años, es la última panda gigante que queda en México y Latinoamérica, y vive en la Ciudad de México. Pese a que ya superó el promedio de vida por 12 años está con buen estado de salud, ya que aún juega y duerme varias horas al día, y toma el sol.
Desde las primeras horas de la mañana en el Zoológico de Chapultepec, la panda gigante lo primero que hace es desayunar una gran dotación de fibra, principalmente de bambú y algunos premios como manzanas, que es su fruta favorita.
Su hábitat simula un bosque, como a los ubicados en lo alto de las montañas de China, pero con algunas estructuras metálicas: pasamanos y troncos para que pueda escalar, incluso dormir en ellos, así como un estanque para refrescarse.
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Xin Xin, cuyo nombre significa Esperanza, pese a tener una edad avanzada, recorre cada rincón de su ecosistema, por momentos se sienta, busca comida y luego trata de ocultarse de las miradas entre los arbustos.
“¡Woh! Es el panda gigante”, “¡Qué gordo!”, “Está comiendo su bambú, mira, ¡mira!”, son algunas de las expresiones de las personas, principalmente niños, que acuden a visitar a Xin Xin para tomarle una fotografía, pues su gran tamaño está a la vista de todos: pesa alrededor de 95 kilos.
“Es un ejemplar que no pertenece a China, es decir, es mexicana, ya que nace de una pareja reproductora que la República Popular China le da a México en los 70. Es única en México y América Latina, ya hay sólo seis ejemplares que rebasan los 30 años y una de ellas es Xin Xin, y esto se debe al trabajo de muchos años para duplicar la expectativa de vida que antes era de 12 a 15 años”, explicó a EL UNIVERSAL el director del Zoológico de Chapultepec Alberto Olascoaga Elizarrarás.
Indicó que han puesto mucha atención a los cuidados de la panda, incluso su alimento es a base de una croqueta de concentrado que tiene arroz cocido y zanahoria, además de entre 10 y 15 kilos diarios de bambú.
“Seguimos cuidándola como lo hemos hecho siempre, y ante cualquier comportamiento estamos alerta, y cuando es así nos reunimos los cuidadores, el personal y médicos veterinarios para analizar lo que viene, pero afortunadamente está haciendo su vida normal; estamos haciendo revisiones clínicas de manera constante”, afirmó.
Pese a la muerte de Shuan Shuan, 35 años, otra panda gigante nacida en la Ciudad de México, el director del zoológico dijo que Xin Xin no ha tenido un comportamiento inusual, ni depresión u otro síntoma de enfermedad, pues son especies solitarias además, no saben diferenciar entre algún parentesco familiar.
“Shuan Shuan, murió por su edad avanzada, logró ser la panda gigante más longeva de México y una de las pandas gigantes que han alcanzado una de las mayores edades fuera de China. Xin Xin es su sobrina, es decir, era como su tía, no tuvo afectación ya que viven en solitario y el único contacto que tenían era por medio de una reja, dónde se veían y se olían”, comentó.
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Recordó que la historia de esta especie en México comenzó en 1975, luego de las relaciones diplomáticas entre la República Popular de China y México, con la llegada de Ying Ying y Pe Pe, padres de Shuan Shuan y abuelos de Xin Xin, y que representaron la buena voluntad y amistad entre ambos países.
Destacó que, en total, en el Zoológico de Chapultepec, con el paso de los años nacieron ocho crías, aportando a la conservación de esta especie que se ha alejado de la extinción, dado que actualmente hay más de mil 800 pandas gigantes en vida silvestre en China, su país de origen y más de 500 en centros de reproducción y zoológicos, la mayoría en su país de origen.
Alberto Olascoaga no descartó que pueda haber más pandas en México, ya que incluso al formar parte del programa de conservación de la especie han sido reconocidos por su buen cuidado.
“Son logros que hemos conseguido como zoológico y como país, y pues nos llena de orgullo participar en este programa de conservación y haber tenido varias crías a lo largo de la historia y más longevos”, conclúyó.