Metrópoli

Vuelve la fiesta de los “mechaleros” tras pandemia

Atizapán de Zaragoza celebró la Feria del Pulque, donde se sirvieron más de 20 mil litros de “la bebida de los dioses”

Pulques blancos de ajo y curados de chocolate, mamey, cempasúchil, piñón, nuez, jitomate, avena, apio, guayaba y hasta de teocintle fueron degustados en penca de maguey en la feria. Foto: Rebeca Jiménez. El Universal
01/11/2021 |02:15Rebeca Jiménez |
Rebeca Jiménez
Reportera de la sección MetrópoliVer perfil

Atizapán de Zaragoza, Méx.— Más de 20 mil litros de tlachicotón o neutle se sirvieron en la Feria del Pulque que se llevó a cabo en la tierra de “los mechaleros”, luego de ser suspendida por la pandemia del Covid-19.

Mayán Sánchez Salgado, subdirectora de Cultura del municipio de Atizapán de Zaragoza, dijo que este encuentro de productores de curados reunió a miles de personas que tomaron la llamada “bebida de los dioses” de origen prehispánico.

Pulques blancos de ajo y curados de chocolate, mamey, cempasúchil, piñón, nuez, jitomate, avena, apio, guayaba y hasta de teocintle, que es el antecesor del maíz, así como aguamiel, fueron parte de la gama sabores que sirvieron 25 pulquerías que se dieron cita en la segunda edición de la Feria del Pulque.

Newsletter
Recibe en tu correo las noticias más destacadas para viajar, trabajar y vivir en EU

El perro che che, La bella Renata, El quita penas, Patada de mula, Curados de espanto, El Charro Negro y Los pulques Mictlán fueron algunos de los expendios que sirvieron más de mil litros de tlachicotón, cada uno por día, durante este encuentro.

La Feria del Pulque se reactivó después de un año de pandemia. Con esta bebida los mexicanos también reciben y celebran la memoria de sus muertos, aseguró Arturo Trueba Urbán, cronista de Atizapán de Zaragoza.

En el primer encuentro de pulqueros realizado en Atizapán de Zaragoza en 2019, participaron 20 curadores de aguamiel, quienes vendieron cientos de litros de la “bebida de los dioses”, en lo que fue un recuento de las tradiciones y el origen de los habitantes de este municipio, porque los de Atizapán “somos mechaleros”, recordó Trueba, quien indicó que el mechalero trabajaba junto con el tlachiquero, quienes chupaban el corazón del maguey para extraer el aguamiel que, al fermentarse, se transforma en nautle.

El cronista explicó que en el municipio “la gente crecía entre magueyes, de ahí el arraigo y el gusto por el tlachicotón”, y de ahí que este sitio sea sede de la segunda edición de la Feria del Pulque se celebró el 30 y 31 de octubre.

El pulque es cultura, es gastronomía, es remedio para males estomacales, reiteró Mayán Sánchez, mientras miles de mujeres, jóvenes, adultos y uno que otro niño degustó un tlachicotón en hojas de penca de maguey.

“Donde hoy vemos casas y fraccionamientos, como en el cerro de La Condesa, sede de la Unitec, hace algunas décadas aún había extensas magueyeras, incluida la zona del Palacio Municipal o colonias como Lomas Lindas y México Nuevo, pues este municipio fue un emporio magueyero”, indicó el cronista.

Incluidas las tres grandes haciendas de Atizapán de Zaragoza, como El Pedregal, San Mateo, en lo que hoy es el Club de Golf La Hacienda, y la de Sayavedra, donde además de frijol, haba, maíz y remolacha también había magueyes, contó Trueba.

El cruce de ríos por este municipio mexiquense hizo que las tierras bajas fueran muy buenas para los cultivos y en especial para las magueyeras, cuyo néctar fue reconocido por su calidad y sabor, “incluso de aquí se lo llevaban a Hidalgo y a la Ciudad de México en el tren de Monte Alto”, resaltó.

Esta tradición explica por qué hoy Atizapán de Zaragoza es cuna de una treintena de pulquerías que operan especialmente en el centro del municipio, mismas que han dado pie a establecer una “ruta del pulque”.

Te recomendamos