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Este jueves 19 de septiembre del 2024 se cumplen 7 años del terremoto magnitud 7.1 que cimbró a varios estados de la República Mexicana, entre ellos, a la Ciudad de México. Esta tragedia dejó -de manera oficial- 230 personas fallecidas, cientos de edificios derrumbados y a todo el país conmocionado.
En la colonia Narvarte Poniente de la alcaldía Benito Juárez, justo afuera del Metro Etiopía y a un costado de la estación del mismo nombre de la línea 2 del Metrobús, se ubica un edificio que en su momento albergó al Servicio Nacional de Empleo (SNE) y al que el sismo de ese año dejó daños visibles en su fachada.
Hasta el día de hoy, los vecinos que habitan un edificio de departamentos que se ubica a un costado del SNE, aseguran que aunque el inmueble no se ha caído, es un peligro para toda aquella persona que cruce por la zona, debido a que aún después del aquel movimiento telúrico, se ha registrado la caída de material de concreto.
En un recorrido hecho por EL UNIVERSAL, se pudo constatar que el edificio se muestra en ruinas. Al pasar por la estación del Metrobús Etiopía, lo primero que resalta son los imponentes 9 pisos agrietados y con agujeros que dejan ver la oscuridad del interior.
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Esteban, quien desde hace 11 años vive en el edificio ubicado a un costado de lo que fue el SNE, asegura que el antiguo inmueble de oficinas es un peligro latente para todos y a pesar de los esfuerzos que se hicieron para obtener información de las autoridades, hasta el día de hoy no hay respuesta ni mucho menos explicaciones de por qué el edificio no ha sido demolido o remodelado.
“Corre peligro que se caiga algo que no es estructural… tiene pedazos que con los años, las lluvias y los microsismos, se han ido derrumbando poco a poco… Representa un peligro latente” afirma Esteban, quién durante 7 años ejerció el cargo de administrador del inmueble que se encuentra a un costado de la antigua sede del Servicio Nacional del Empleo y quien eventualmente, ha sabido de la caída de varios pedazos del edificio muy cerca de su hogar.
Actualmente la SNE tiene distintas sedes alrededor del país. En su cuenta oficial afirma tener más de 160 oficinas en diversas regiones de México, mientras que las instalaciones en la colonia Narvarte ya no son habitables. Sin embargo, a pesar de ello, en el edificio vive el velador que cuida el lugar.
El señor Jesús, quien lleva dos años trabajando entre las ruinas de lo que algún día fue el SNE, trata de mantener limpio el lugar. Su cotidianidad es vivir solo y proteger que nadie no autorizado se meta y vandalice. Afirma que el imponente edificio tiene daños por fuera pero su estructura está bien. No teme vivir ahí porque primero que todo está su trabajo. Los vecinos no piensan lo mismo.
En entrevista con los residentes de la zona, recuerdan el caos y miedo que generó el edificio del SNE el 19 de septiembre de 2017, debido a que se desprendieron numerosas partes del recubrimiento del inmueble, lo cual quedó grabado en un video que se viralizó en redes sociales tras el movimiento telúrico.
Con nostalgia en su mirada, Esteban vuelve a revivir que el día del temblor no alcanzó a salir de su casa y cuando el sismo terminó, pudo constatar el miedo que generó el posible derrumbe de lo que fue el SNE.
El pánico en los habitantes de la zona estuvo muy presente por varios meses, pero con el pasar de los años, poco a poco se ha ido desvaneciendo hasta llegar a normalizar el problema e incluso, hacer una vida “tranquila” junto a las ruinas.
El 20 de septiembre del 2017, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social dio a conocer que personal de Protección Civil y peritos especializados realizaron las revisiones correspondientes al inmueble para determinar las afectaciones..
Dicha revisión arrojó que la fachada del edificio del SNE tenía daños estructurales severos, sin embargo, el resultado oficial del peritaje jamás fue dado a conocer a los vecinos.
Ante esta situación y en medio de la desesperación por saber en qué condiciones se encontraba el inmueble, los vecinos contactaron a un arquitecto y un perito del Estado de México quienes les ayudaron a dictaminar la seguridad del edificio.
Dicho peritaje se realizó 10 días después del sismo y fue hecho desde afuera del edificio ya que no les permitieron el acceso.
El dictamen señala: “El edificio cuenta con un desplome de todos sus pisos y se observa que hubo un hundimiento de la calle en relación al perímetro del edificio, lo cual supone que existió un desplazamiento de los niveles superiores del inmueble y que puede provocar con movimiento telúrico un volteo de todo el edificio hacia cualquier punto, pudiendo dañar inmuebles perimetrales, avenidas, así como caer sobre las personas que transitan”.
Algunas de las conclusiones a las que llegaron el arquitecto y peritos del Edomex destacan que “en pisos, losas, columnas y muros se presume que sí existen fracturas considerables que ponen en riesgo la estabilidad del inmueble”, además de que “se observa que todos los pisos superiores tienen un desplazamiento haciendo visible un desplome de las fachadas”.
Un mes después del dictamen y ante la indiferencia de las autoridades locales y federales, los vecinos de la colonia Narvarte tomaron medidas que resultaron fallidas, como cerrar las calles para manifestarse para exigir respuestas.
En un intento por conocer al propietario del inmueble o arquitectos encargados de la edificación, esta casa editorial se topó con nulas respuestas de quién pudiera proporcionar mayor información sobre el futuro del edificio. Lo que sí sabemos, es que cada día que pasa, el inmueble se convierte en un potencial riesgo para los vecinos y los transeúntes.
Este jueves, a 7 años de la tragedia del sismo de magnitud 7.1 de 2017, los vecinos están cansados de exigir explicaciones, denuncian la indiferencia con la que las autoridades se manejaron y sobre todo, resaltan el miedo que les genera vivir a un costado de un potencial derrumbe.
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