El que haya habido seis muertos en menos de una semana en la alcaldía Azcapotzalco —dos de ellos policías—, alertó a elementos de la Fiscalía General de Justicia capitalina (FGJ), la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y de la Marina, quienes investigan la posible infiltración que buscan hacer grupos criminales trasnacionales en la Ciudad de México por esa zona que hace frontera con el Estado de México, la alcaldía Gustavo A. Madero y el corredor comercial de Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc.

Luego de los enfrentamientos entre policías y delincuentes, la coordinación entre instituciones federales y locales establecieron que presuntamente una célula ligada al Cártel de Sinaloa se estableció en ese lugar, dichos delincuentes en primer instancia concretaron una alianza con integrantes de La Unión que operan en esa demarcación; sin embargo, “todo se rompió” cuando integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) irrumpieron la misma frontera.

En la misma demarcación, se sabe, operan al menos cuatro laboratorios clandestinos de drogas que son administrados por los grupos criminales antes mencionados, lo que ha recrudecido la violencia, ya que el mercado es vasto, debido a la posición geográfica de Azcapotzalco.

Con suma facilidad se puede mover desde ahí la droga al Estado de México y a la alcaldía Cuauhtémoc, de donde ya sale lista para su venta al menudeo en escuelas, universidades, antros, bares restaurantes y recientemente se descubrió que la droga se pide hasta por la aplicación de WhatsApp.

Los primeros análisis al respecto detallaron que la disputa de los grupos criminales por la demarcación corresponde también al corredor industrial ahí establecido, pues gracias a eso se puede importar y transportar grandes cantidades de químicos que se utilizan para la fabricación de las conocidas también como drogas sintéticas.

La investigación se extiende incluso para determinar si alguno de los grupos criminales ya renta o tiene acceso a las bodegas industriales del sector.

De hecho, con base en las proyecciones realizadas, se espera que con la detención, el martes pasado, de José Juan Morales alias El Briones, presunto líder de La Unión Azcapotzalco, identificado como el responsable de delitos como narcomenudeo, robo, extorsión, secuestro y homicidio doloso, la violencia aumente por la “atomización” de ese grupo, el cual es nutrido con armamento y dinero en efectivo por presuntos miembros del Cártel de Sinaloa.

Luego de establecer la hipótesis de la disputa que sostienen grupos criminales en la alcaldía, el martes pasado se dio a conocer la detención de una persona originaria de Sinaloa; al momento de ser capturado en la frontera entre Venustiano Carranza y Azcapotzalco, el sospechoso dijo que era un “emisario” de los hijos de El Chapo Guzmán y que tenía la encomienda de hacer “negocios” en la Ciudad.

El detenido fue trasladado a un recinto federal donde fue puesto bajo resguardo.

Para erradicar la problemática se contemplan dos frentes: el primero encabezado por la policía capitalina, que consiste en más patrullajes, así como trabajo de inteligencia que corresponde a las autoridades federales, por lo que no se descartan más detenciones importantes en la siguiente semana.

De manera paralela, fuentes cercanas al operativo adelantaron que queda un solo líder por capturar, éste concretó las primeras alianzas con gente de Sinaloa y es quien aún le rinde tributo al Betito, pues gracias al dinero obtenido de manera ilegal, sostiene a la defensa legal del líder detenido, así como otros gastos para mantener oculto a la familia del imputado.

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