Las palmeras de la Ciudad de México lucen secas, amarillentas, enfermas. Al ser una planta exótica, no nativa del suelo urbano, pues su mayor desarrollo se genera a nivel del mar, se han vuelto longevas, pero los años están cobrando factura, así como los factores ambientales externos, de acuerdo con información consultada por EL UNIVERSAL.
El contexto de deterioro que se vive en la Ciudad en torno a esta planta se puede apreciar en cuatro alcaldías: Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Coyoacán y Benito Juárez, en donde la Dirección de Infraestructura Verde de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) analiza 12 mil 302 palmeras.
Actualmente, se han retirado 197 de 492 que ya no tienen actividad biológica. De éste grupo, todas serán retiradas.
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Es en Miguel Hidalgo en donde las autoridades tienen registrado el mayor número de mortalidad en esta planta.
Pero lo mismo se aprecia desde el Paseo de las Palmas en Lomas de Chapultepec, hasta La Bombilla, Dr. Gálvez, Insurgentes y Circuito Interior.
Los tallos pálidos, desgastados, frente a los ojos de los vecinos, es una problemática, por lo menos así lo señalaron en Lomas de Chapultepec, en donde las personas aseguraron haber reportado la problemática de palmeras secas, pero ninguna autoridad les ha hecho caso.
Francisco Javier Guerra, vecino de esta zona, compartió documentos que han sido entregados, desde 2021, a las autoridades capitalinas para señalar la problemática de los patógenos que están matando a las palmeras. Otros también indicaron que han reportado la situación, incluso a la alcaldía, desde hace dos años.
Sin embargo, en un recorrido realizado por EL UNIVERSAL, se constató que el estado de las palmeras no es generalizado; algunas están secas desde el tallo hasta sus hojas, incluso, unas sólo son un muñón, y otras están bien.
Se observó que dichas palmeras están marcadas con un número pegado al tronco, esto forma parte de la identificación de aquellas que deben ser retiradas, explicó el ingeniero Isidro Recillas Silva, subdirector de Diseño y Evaluación de Proyectos de la Dirección de Infraestructura Verde de la Sedema.
Refirió que se hace un estudio para detectar qué está pasando con las palmeras de la Ciudad, por lo que se decidió realizar acciones integrales, como el retiro de los ejemplares muertos, poda, tratamiento biológico, desinfección de suelo, y descompactación de las que están vivas.
Actualmente no hay un dictamen que determine por qué los árboles están enfermándose, comentó el ingeniero agrónomo, Roberto Quintero Campo, jefe de la Unidad Departamental de Plagas y Enfermedades de la Sedema, pero especificó que la mortalidad de estas plantas no es reciente sino desde 2011.
Dijo que las palmeras que se han muerto fueron plantadas a finales de la década de los años 40 y principio de los 50 en la capital, por lo que tienen alrededor de 80 años o más, mucho tiempo para las condiciones ambientales de esta urbe.
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“Lamentablemente sí, hay agentes que están causando mortalidad en palmeras, pero las más longevas son las que se están afectando. Hoy no tenemos un dictamen técnico y con basamento científico de qué es lo que está pasando, para eso se está trabajando”, enfatizó el ingeniero agrónomo.
En 2015, el Colegio de Posgraduados realizó la primera investigación sobre el tema, y a partir de 2019, con la actual administración, se comenzaron trabajos en la alcaldía con más árboles de este tipo muertos, señalaron en la Miguel Hidalgo.
“Actualmente tenemos dos programas que estamos implementando en la Ciudad, uno que es el trabajo integrado […] abarca 12 mil 302 palmeras que, a partir de un diagnóstico que se les hace, pues se hará poda, se dará derribos de sustitución, aplicación métodos de control de patógenos en el suelo, se colocarán trampas para detección de insectos y descompactación de suelo alrededor de estas”, señaló.
Los trabajos, que son vastos, no son vistos por los vecinos, quienes se quejaron de las palmeras muertas.
Ambos ingenieros llamaron a los capitalinos a ser corresponsables, que entiendan acciones como el retiro, y que si hay palmeras que no deben ser retiradas, pero que afectan la infraestructura, no las van a quitar.
¿Que sigan o no?
“No es tanto como que [el gobierno] las haya dejado morir, no. Viene de un problema de planeación desde hace muchos años. Porque en la Ciudad, 70% de las plantas son exóticas, que no deberían estar aquí, y va de muchos años”, aseguró la bióloga Ivonne Olalde, quien trabaja en el Jardín Botánico del Instituto de Biología de la UNAM.
Para ella todo organismo vivo va enfermándose y en las palmas hay insectos que se alimentan de ellas como los escarabajos picudo rojo y picudo negro, así como larvas que se alimentan del tejido de la planta y hongos.
“Se alimentan de la parte tierna de la palmera, el punto de crecimiento de las palmeras es en la punta y en el centro, hasta arriba, no es como un árbol que tiene varias ramas, sino que tiene un solo punto de crecimiento, esto ha complicado que uno pueda detectar cuando la palmera comienza a enfermar”, dijo.