“Un ataque con ácido es lo más vil que hay, es matarte en vida”, afirmó en la tribuna del Congreso de la Ciudad de México Ana Elena Saldaña, quien fue víctima de una agresión de ese tipo en calles de la capital hace casi cinco años.

Tras el ataque, dijo, se dejó de cuestionar por qué le sucedió a ella y se preguntó para qué, por lo que desde entonces se sumó a una lucha para visibilizar casos como el suyo.

“Para darles voz a las que no tenían y buscar justicia, porque un ataque con ácido es lo más vil que hay, es matarte en vida, y el ácido es solamente el inicio de todo el dolor que se avecina para tu cuerpo; y quiero que quede claro, es sólo el principio del fin, son procesos y tratamientos interminables, costosos y dolorosos”, expresó.

Ella fue una de las tres víctimas de ataque con ácido que hablaron desde la tribuna del Congreso de la Ciudad de México, luego de que la diputada local de Morena Marcela Fuente presentó dos reformas de ley para ir contra lo que llamó la “violencia ácida”.

Explicó que sería aquella que pretenda causar daño físico o alguna discapacidad mediante la acción de arrojar ácido, álcalis, sustancias químicas corrosivas, cáusticas, irritantes, tóxicas, inflamables, líquidas o altas en temperatura, o cualquier otra sustancia que pueda provocar lesiones internas y/o externas.

Abundó que esta iniciativa busca modificar la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y el Código Penal local para imponer de ocho a 12 años de prisión y multa de 300 a 700 veces la Unidad de Medida y Actualización a quien cause daño a otra persona arrojándole ácido.

“Sin perjuicio de lo previsto en el artículo anterior, serán agravantes de la pena los casos siguientes: cuando cause deformidad o daño permanente, entorpezca o debilite permanentemente una extremidad o cualquier otro órgano; [lo expuesto] aumentarán en un tercio la pena”, detalló la diputada.

Estas agresiones, agregó, se considerarán tentativa de feminicidio cuando las lesiones cometidas contra la mujer provoquen resección parcial o total de los órganos genitales femeninos, en las mamas y la alteración en las funciones de reproducción sexual. En estos casos se impondrían de 12 a 30 años de cárcel.

La saxofonista María Elena Ríos, víctima de ataque con ácido en Oaxaca, enfatizó que en la calle están matando a las mujeres con ácido, gasolina, cables de alta tensión o con alcohol.

Asimismo, precisó que de nada servirá que se den agregados a las iniciativas si el Poder Judicial y las fiscalías están podridas y aprovechó para exigir públicamente la renuncia de Eduardo Pinacho Sánchez, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca.

Elisa Xolalpa, atacada en la alcaldía Xochimilco, señaló que el juez que llevó su caso la sentenció a un proceso de tortura y violencia, en el que también se quiere dejar en libertad a su agresor.

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