Nicolás Romero, Méx.— “Iba sentada detrás del conductor cuando sentimos el choque, que sonó tan fuerte como si fuera una explosión”, afirmó Ana Karen Rivas Rivas, junto a quien fallecieron su abuela y su tía. Ella sobrevivió al impacto de la camioneta en la que viajaban y que chocó contra un camión de carga y volcó junto con 18 personas a un barranco.
“Junto a mí quedaron los cuerpos de mi abuelita Justina y de mi tía María”, quienes fueron dos de las siete personas que fallecieron el 24 de noviembre en el choque de la llamada combi de la línea Anasa-Autobuses del Noreste y Anexas S.A, y el camión de carga en la carretera que va de El Vidrio a San Pedro.
Días después del siniestro “fallecieron otras cuatro personas más, por lo que el número de muertos subió a 11 y siete quedamos lesionadas”, señaló la joven de 32 años, quien con la cadera y mano derecha fracturadas, las costillas sumidas y lesiones en el ojo derecho, aún es el sostén de su madre, a quien antes del accidente le habían amputado una pierna por enfermedad y que hoy, apoyada de una andadera o muletas, atiende a su hija.
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“Mi trabajo como ayudante general en una empresa me permite tener el pago parcial de mi salario y es con lo que estamos sobreviviendo en mi familia” y permite su atención médica en el Hospital de Traumatología de Lomas Verdes del IMSS, afirmó Ana Karen.
“Por las lesiones que sufrí con una fisura en la cadera, no puedo levantarme, ni caminar” , señaló la joven quien desde San José del Vidrio pide justicia y que las autoridades de Movilidad del Estado del México no se olviden de las víctimas.