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Cuautitlán Izcalli, Méx.— Por el delito de maltrato animal, 11 personas fueron condenadas a penas que van de los cuatro meses hasta los seis años de prisión en el periodo de septiembre de 2023 al cierre de agosto de 2024, de acuerdo con información del Poder Judicial del Estado de México (PJEM) consultada por EL UNIVERSAL.
Uno de los casos fue el del expolicía de la Ciudad de México, Sergio “N”, quien arrojó a un cazo con aceite hirviendo al perrito Scooby, en el municipio de Tecámac, y fue sentenciado en octubre de 2023 a cinco años y siete meses en prisión.
Otro ejemplo ocurrió el 30 de abril de 2024, con la sentencia de condena de un año y 11 meses de prisión contra Leticia “N”, acusada del delito de maltrato animal. Fue detenida por agentes de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) el 30 de enero de 2023 por atropellar a un canino en el fraccionamiento Pueblo Nuevo, en Chalco.
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La Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (Propaem) junto con la FGJEM se encargan de realizar operativos para rescatar animales en situación de violencia; 48 acciones se realizaron en el periodo referido, que han dejado como resultado la detención de 53 personas, 45 de ellas hombres.
Ecatepec, Toluca, Naucalpan, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla y Tecámac concentran más denuncias por maltrato animal, captadas a través de las redes sociales o mediante llamadas directas a la Propaem, logrando rescatar, en su mayoría, a perros y gatos domésticos, así como caballos.
De los casos más sonados este año hay uno de Echegaray, en Naucalpan, donde rescataron en un cateo a 23 animales en condiciones de hacinamiento y que serían utilizados para trabajos de santería.
La Propaem explicó a EL UNIVERSAL que tras asegurar a los animales son canalizados con asociaciones protectoras que procuran su rehabilitación, mientras que inician un procedimiento administrativo común en contra de la persona que haya incurrido en alguna falta contra los principios de bienestar animal; después de que sea determinada la situación jurídica, existe la posibilidad de que sean puestos en adopción.
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“Se puede clasificar como sociopatía”
Aquellas personas que infringen violencia sobre los animales pueden escalar a ser homicidas, sobre todo cuando se ven estos patrones en jóvenes o adolescentes, explicó la sicoterapeuta Verónica Nájera, definiendo que la violencia es una manifestación de poder y dominación que siempre va a partir de alguien que se considera más poderoso sobre alguien que es más vulnerable, usándola como forma de sometimiento y los animales, forman parte de la cadena susceptible a la violencia.
Explicó que hay quienes maltratan animales porque aprendieron que así deben de ser tratados, con un sentido de inferioridad; otros lo hacen por una manifestación de poder para descargar ira, enojo o impotencia; y el que llega a la sociopatía al causar daño extremo por el placer de lastimar y de ver sufrir y sí es posible detectarlos, porque son personas que se caracterizan por ser prepotentes, manifiestan de forma constante ser poderosos, pelean, hacen cosas ilegales o rompen las reglas.
“Cuando se da y se puede clasificar como sociopatía, la persona ya no solamente va a violentar como una forma de escalada de poder, sino, además, va a violentar porque disfruta causar daño al otro. Mientras más daño genera, más placer siente. Este es el caso de los maltratadores de animales que lo hacen de una manera reiterativa y deliberada; ahí podríamos hablar de que hay un maltratador que está descargando su falta de poder en el animalito, golpeándolo, encerrándolo, dejándolo sin comer o hasta entrenándolo para que lastime”, apuntó Nájera.
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La patología severa y que al mismo tiempo termina por ser una señal de extrema alerta para la vida de los humanos es cuando no solamente los golpean, sino que los queman, les quitan la piel o tienen contacto sexual con los animales.
De acuerdo con el Código Penal del Estado de México, se aplican penas de cárcel de seis meses a cuatro años para quien cause lesiones dolosas a cualquier animal o hasta causarle la muerte y multa de 150 a 300 UMAs (Unidad de Medida y Actualización); y pena de seis meses a cuatro años de cárcel o de 50 a 150 días de multa por cometer actos sexuales en contra de los animales.
Hay avances, pero faltan más acciones
Las redes sociales han potenciado el actuar de las autoridades; sin embargo, estas no se dan abasto y es necesario reforzar las penas de cárcel para las personas que sean sorprendidas violentando a cualquier tipo de animal, señaló Patricia Briseño, fundadora de la asociación civil Rescatando Vidas, Regalando Amor, poniendo como ejemplo el caso ocurrido en abril pasado, en la colonia Arcos de Tultepec, cuando se viralizó a un hombre golpeando a un perro con la correa.
“La Propaem no se da abasto con las denuncias y lamentablemente hay un nivel muy alto de impunidad en la cuestión de maltrato animal. Los animales no son un objeto o un adorno, sino una vida que merece respeto y una vida digna y si no se tienen las condiciones para ofrecerles eso, es mejor no tenerlos”, sostuvo la rescatista, quien alberga, da alimento y vacunas a más de 150 canes.
Kevin Contreras, integrante de la Organización Izcallense por los Derechos de los Animales (OIDA), señaló que no sólo aquellas personas que maltratan perros o gatos deben ser castigadas, pues en el caso de los toros estos terminan muertos en las corridas; puso como ejemplo los municipios de Atizapán de Zaragoza, Naucalpan y Toluca, en los que han detectado la práctica de la tauromaquia.
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También precisó que todo el colectivo OIDA logró llevar más de 10 mil firmas al Congreso del Estado de México para pedir a los legisladores que se prohíban las corridas de toros en el territorio mexiquense, y manifestó que también se trata de maltrato animal, para lo cual se debe reformar la ley, pues exceptúa estas prácticas.
Ana Citlali Vargas Gómez, licenciada en Biología por la UNAM y quien trabaja en la creación de un santuario del ajolote en el municipio de Tepotzotlán, manifestó que en el caso de la especie que ella cuida existe un mercado legal e ilegal; este último basado en las personas que extraen a los ejemplares de algún río o lago y van a venderlos a los mercados sin tener el conocimiento previo de cómo es que se debe de procurar su salud.
“En mi opinión, también es maltrato animal, tanto si lo compras de manera legal y no sabes los cuidados como si lo haces de manera ilegal. Son dos formas de maltrato. O a veces ya no tienen los medios para cuidarlos y nada más están viendo en dónde los dejan o si los regalan”, puntualizó Vargas.