El consejero Jurídico y de Servicios Legales, dijo que con el nuevo reglamento de cementerios, crematorios y servicios funerarios busca detener la comercialización de osamentas en los 118 panteones de la Ciudad de México, con la construcción de memoriales para los restos humanos abandonados.

“Lo que se está proponiendo en este reglamento es que, una vez que estas fosas no son reclamadas, se tienen que recoger los huesos e incinerarlos y triturarlos para colocar en un memorial, el cual estará en cada panteón, con una plaquita con el nombre [detalles] de esos restos áridos que no fueron reclamados”.

Entrevistado por EL UNIVERSAL, Néstor Vargas comentó que el principal problema que detectaron al comenzar la administración es que muchas tumbas están abandonadas, situación que ha sido aprovechada por la delincuencia para el tráfico de osamentas, por lo que ahora buscan el respeto y derecho a la memoria de los muertos.

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“Garantizar el derecho a preservar la memoria de los difuntos de manera digna es nuestro objetivo, vamos por este proceso, como lo dije, de ordenamiento que implica la memoria a ellos, la seguridad y mayor control de panteones”, aseguró el consejero jurídico capitalino.

Por lo anterior, los administradores de los panteones realizan un inventario de las fosas que tienen ocupadas, y de las que ya tienen más de siete, 14 y hasta 21 años y que podrían estar abandonadas, para buscar a los familiares para notificarles la situación de la tumba, y en caso de no encontrarlos, los restos serán ingresados al memorial.

“Cada administrador debe de tener la puntualidad y claridad de en qué situación se encuentran sus fosas. Si la fosa sigue abandonada, entonces el administrador tiene que recoger esos cuerpos e incinerarlos, todo ello con la participación de todas las autoridades involucradas, como la Fiscalía General de Justicia [FGJ] ya que es una exhumación”, y aclaró que la construcción de memoriales será en coordinación de la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse).

Además, el consejero recordó que enviaron una iniciativa para agregar al código penal una pena de cinco a 10 años de prisión a quien distribuya, comercialice o transporte, sin autorización, personas fallecidas, partes o restos humanos áridos.

“La comercialización de las osamentas y de los huesos no está sancionada penalmente, y entonces ya lo estamos estableciendo como un tipo penal, se mandó una iniciativa al Congreso y la presentará seguramente alguno de nuestros diputados. Ese es el principal objetivo, ir contra la comercialización”, aseguró.

Agregó: “Tratamos de abarcar todos los aspectos de nuestros muertos y un derecho a la memoria, así como un mayor cuidado para nuestros restos áridos. Es una redefinición en la administración de los cementerios, con mayores mecanismos de vigilancia y de supervisión y control”.

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El consejero Jurídico y de Servicios Legales comentó que para detener la comercialización de los huesos de los panteones, cada camposanto hará convenio con las universidades públicas y privadas para que puedan obtener de primera mano osamentas para uso científico, especialmente en las ramas de medicina.

Vargas detalló que dentro del reglamento ya se contempla la vigilancia de los cementerios y crematorios por medio de cámaras con conectividad al C5, las 24 horas, los 365 días del año; vigilancia perimetral, para que las personas no cometan algún hecho delictivo, por lo que habrá más control de acceso de los visitantes.

Añadió que se prevé colocar tres cámaras en cada uno de los cementerios, así como en crematorios públicos, pero que esto ira a acompañado de una plataforma digital en la que habrá un registro de cuantas exhumaciones se realizan, base de datos que estará lista en las próximas semanas.