A un mes de la entrada en vigor del incremento de un peso a la tarifa del transporte público concesionado, los usuarios no ven “gran mejora” en el servicio que reciben, esto aun con los operativos que realiza la Secretaría de Movilidad (Semovi), donde han sido sancionadas 927 unidades por incumplir los acuerdos por los que se avaló el alza.

Durante un recorrido por Eje 7 Sur, EL UNIVERSAL encontró que algunos operadores no usaban el uniforme correspondiente: camisa blanca y pantalón negro, además de que algunas unidades todavía tienen vidrios polarizados y los choferes mantienen conductas como viajar con acompañantes y manejar con el celular en la mano.

A raíz del aumento al pasaje el pasado 15 de junio, funcionarios de la Semovi y del Instituto de Verificación Administrativa (Invea), revisan que tanto concesionarios como choferes cumplan con requisitos como: licencia tipo C vigente, póliza de seguro, portar el uniforme, no llevar acompañantes, utilizar cromática visible con el número de la unidad.

Leer más: 

Además de mantener las unidades en condiciones aptas para la seguridad, esto es, tener en buen estado las luces, pasamanos, asientos, puertas y llantas.

La Semovi informó a este diario que han sido revisadas 13 mil 59 unidades, de las cuales 927 han sido sancionadas por incumplir con dichos requisitos.

Conductores “hacen lo que quieren”

En entrevista con este diario, Carlos González, usuario del transporte concesionado, indicó que el servicio sigue siendo “pésimo”.

“Las unidades van rápido, algunos traen el uniforme, otros no; no ha habido cambio y el peso demás que cobran pues sí pegó en el bolsillo, sí se siente, dirán que no, pero al término de la semana hay un golpe en el bolsillo”, afirmó el pasajero.

Sobre el aspecto de los vehículos, comentó que “hay muchos camiones que traen los pasamanos flojos o rotos, no los arreglan. Querían aumento, pero primero que arreglen sus unidades”.

En estos comentarios coincidió Fernando Cruz, quien resaltó que “algunos choferes sí traen su uniforme, pero las unidades siguen siendo inseguras. Los pasamanos están flojos, los asientos chuecos, o las puertas luego ni sirven, uno tiene que jalarlas. No hay gran mejoría. Hacen lo que quieren y siguen corriendo [por las vialidades]”.

Daniel Estrada indicó que sí ha visto mejoría en la limpieza de las unidades; sin embargo, en cultura vial “les falta y mucho”.

“El Gobierno de la Ciudad dijo que verificaría, yo no he visto nada y la prueba está que siguen haciendo lo que quieren”, expresó. Cabe señalar que durante el recorrido no se observó revisión alguna por parte de las autoridades.

El 9 de junio, a una semana del megabloqueo que transportistas realizaron en diversos puntos de la capital y después de cinco años de no incrementar la tarifa, el Gobierno de la Ciudad de México autorizó el aumento de un peso al costo del transporte público concesionado, pasando de cinco a seis pesos, la tarifa mínima.

Este incremento entró en vigor el 15 de junio bajo la condición de que cumplieran con una serie de medidas como el caso de la licencia tipo C vigente o el uso de uniforme; de lo contrario, habría sanciones como la cancelación de concesiones y licencias.

La Fuerza Amplia de Transportistas (ATM), que exigía que el aumento fuera de tres pesos, calificó entonces la determinación como un albazo.