La estructura del Cártel de Sinaloa para transportar toneladas de cocaína desde Sudamérica hasta Estados Unidos es sofisticada.

Se “empaqueta” en bodegas ubicadas en las inmediaciones de la selva de Chiapas y de ahí comienza su distribución, para lo cual utilizan logotipos falsos de marcas que les permiten identificar el destino final de los “ladrillos” o “tabiques” y la calidad de la droga.

Por ejemplo, las marcadas con leyendas de Nissan, Ford o Chevrolet se distribuyen en Iztapalapa o en Tepito, según el análisis de las autoridades locales y federales. Los supuestos logotipos significan que es droga de mala calidad, con precio más barato y fácil de vender.

Por el contrario, los envoltorios donde se ponen falsos logotipos de Prada, Louis Vuitton, Tesla o Ferrari se distribuyen en Polanco, Santa Fe o incluso en el corredor Roma-Condesa.

De igual manera, logran identificar la calidad de la droga en paquetes procedentes de Sudamérica con logotipos falsos de equipos de futbol. Se destacan los colores del Deportivo Cali, de Colombia; del Saprissa, de Costa Rica, o del club The Strongest, de Bolivia.

Para su distribución en México destacan los falsos logos de los equipos de las Chivas de Guadalajara, los Rayados de Monterrey, los Xolos de Tijuana y Águilas del América.

Al conocer esto, la policía capitalina ha logrado asestar golpes importantes a estructuras criminales transnacionales, como el ocurrido este 26 de julio en los límites entre la alcaldía Gustavo A. Madero y el Estado de México, donde se decomisaron 1.6 toneladas de cocaína transportadas en dos tractocamiones de doble fondo.

Sin embargo, especialistas afirmaron que en cuestión de seguridad, el verdadero problema está en lo que no se logra detectar o decomisar, pues si bien el retiro de esa droga en las calles representa a los cárteles pérdidas millonarias, ese déficit lo tienen ya contemplado.

“Sería interesante que la autoridad difundiera la calidad y pureza de la droga decomisada, porque sólo nos dicen que es posible cocaína o un polvo blanco con las características de tal droga, no sabemos la calidad, entonces en realidad eso decomisado les representa pérdidas económicas o el producto es de mala calidad y estos decomisos son planeados como parte de su misma estrategia para engañar a las autoridades”, comentó Luis Hinojos, especialista por El Colegio de la Frontera Norte (Colef).

El criminalista también señaló la posibilidad de que la droga que se consume en la metrópoli en realidad sea de muy baja calidad, pues “los grupos pequeños la tienen que hacer rendir”.

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