A poco más de cuatro años de su creación, la Universidad de la Salud (Unisa) ha tenido diversas polémicas por presuntas irregularidades que han llevado a manifestaciones, paro de actividades, y recientemente, la renuncia su titular, Lilia Elena Monroy Ramírez, ocurrida la semana pasada.

Aunque el objetivo de la institución está “muy bien planteado” y cuenta con un buen plan de estudios, este se ha “visto viciado por parte de directivos”, coinciden alumnos, quienes han acusado irregularidades administrativas, falta de docentes y preocupación para conseguir empleo una vez que concluyan sus estudios, lo que los mantiene en la incertidumbre.

“El plan de estudios de la universidad es bastante bueno, la idea y la estrategia con la que querían llevar a cabo el plan de estudios también es buena, pero de alguna u otra forma se ha visto viciado por parte de los directivos de la universidad. A mí, en lo personal, me gusta mucho la visión y el enfoque que tiene, siento que es una nueva visión que realmente no se había contemplado antes”, explica a EL UNIVERSAL Angélica, estudiante de la carrera de Enfermería Familiar y Comunitaria.

A principios de agosto de este año, los estudiantes se fueron a paro indefinido luego de denunciar irregularidades en el sistema de control escolar relacionadas con los procesos de reinscripción, calificaciones erróneas y retraso en la realización de exámenes, entre otros asuntos. Estas quejas derivaron en la renuncia de Monroy Ramírez, quien fungía como directora de la Unisa.

Sin embargo, no es la primera vez que esta institución educativa está en el ojo del huracán, pues en febrero pasado los alumnos cerraron las instalaciones de la universidad, localizadas en la alcaldía Álvaro Obregón, en demanda de lugares para realizar su servicio social.

Angélica, estudiante de la universidad, externa que una de sus principales preocupaciones es que al salir la primera generación de estudiantes sea “deficiente y se generen comentarios negativos” sobre la institución que deriven en que se les cierren las puertas laborales a los compañeros. Entre los pendientes que existen, advierte, está la falta de docentes, pues de una plantilla de 250, hay aproximadamente unos 150 impartiendo clases.

“Sí, desde ahorita tenemos deficiencias en nuestra plantilla de docentes, porque no hay docentes completos, porque se juntan los horarios con otros grupos y no se puede impartir de manera adecuada una clase, el conocimiento se puede ver afectado. Mi mayor temor es que no salgan los conocimientos idóneos para poder ejercer”, señala.

A pesar de los conflictos que ha enfrentado esta universidad de reciente creación (comenzó a operar en junio de 2020 durante la administración de Claudia Sheinbaum), Ricardo Ruiz, secretario de Gobierno de la Ciudad de México, asegura en entrevista que esto no significa que la universidad “de ninguna manera esté en crisis”, pues considera que las demandas de los alumnos son legítimas, ya que plantean mejoras en sus condiciones, algo que no es exclusivo de la Universidad de la Salud, sino de diversas casas de estudios.

“Es parte de un proceso donde los alumnos están mucho más activos y qué bueno en el tema de pedir una interacción mayor entre maestros y alumnos, entre dirección y alumnos. Entonces, parte de un proceso normal y por supuesto que esto también ayuda a mejorar las condiciones en las que se desarrolle su actividad”, dice el funcionario.

Ante la renuncia de la ahora exdirectora, explica Ricardo Ruiz, el primer paso será que el Consejo de Administración de la Universidad de la Salud —en el que participa el propio secretario— designe a alguien para ocupar la Secretaría General —cargo que también está vacante desde hace algunas semanas—, para que esta persona pueda fungir como encargada o encargado de despacho en el lugar que dejó Lilia Elena Monroy Ramírez.

“Es lo primero que tenemos que realizar: llenar ese espacio de la Secretaría General, que una vez nombrado, puede fungir como encargado o encargada del despacho en tanto se resuelve cuál es el perfil de la persona que ocupará el cargo. Tomará tiempo para que el perfil de quien llegue a la dirección cumpla con todos los requisitos; no es sencillo, tiene que tener la profesión de doctor o doctora, tiene que tener experiencia docente y se trata que también sea una gente que tenga la empatía en la relación con los alumnos, entonces hay que buscarlo con calma”, concluye Ruiz.

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