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Los negocios de La Unión Tepito, que encabezara Roberto Mollado Esparza El Betito, recluido en un penal federal, se diversificaron; además de la venta de drogas, implementó de manera sistemática la extorsión y el cobro de piso a comerciantes, así como a los antros, bares y restaurantes del corredor Roma-Condesa y Polanco, y luego pasó a la invasión de predios.
Una investigación federal reveló que esa célula delictiva por más de dos años se ha dedicado a tomar predios y edificios en las alcaldías Cuauhtémoc, Venustiano Carranza y Benito Juárez, principalmente en las colonias Centro, Guerrero, Morelos, Santa María la Ribera, San Rafael, Condesa, Roma y Portales, entre otras.
Un informe realizado por el departamento de inteligencia de la Secretaría de Gobernación (Segob) reveló que la encargada de elegir los predios es Rosana Patricia “N”, una de las hermanas de El Betito, quien tiene bajo su mando a un centenar de invasores, que usando la violencia se apoderan de los edificios.
La preocupación de las autoridades creció, pues en el último año han detectado que en algunos de los inmuebles invadidos —sobre todo en la alcaldía de Cuauhtémoc— operan como bares, cafeterías, restaurantes e incluso varios colocaron anuncios de construcciones de departamentos, por lo que ahora investigan si La Unión Tepito tiene inversiones en el ramo inmobiliario y de construcción.
Se sabe que Rosana Patricia tiene su centro de operaciones en un domicilio ubicado en la calle Camelia, de la colonia Guerrero; desde ahí organiza las reuniones y planea la toma de edificios.
De acuerdo con la investigación realizada, durante 2017 fueron seis los inmuebles que tomaron, dos en la Condesa, dos más en la Roma y otros dos en el primer cuadro de la capital del país.
En su centro de operaciones se organizan los pagos para los halcones y a los paracaidistas que se adueñan de los edificios. Además, usan como fachada una organización civil y realizan jornadas de limpieza en las calles, así como en los edificios de los que se apropian, con el objetivo de pasar inadvertidos.
Sin embargo, la Procuraduría General de Justicia (PGJ) local identificó los edificios de los que se han apoderado y ahora son utilizados para diversos fines. Uno de estos es un hotel donde las investigaciones apuntan a que, aparentemente, los miembros de La Unión Tepito se esconden después de participar en algún hecho delictivo.
Otros inmuebles son ubicados como centros de negocios, en donde hay varios locales en renta e incluso en algunos se anuncia la construcción de departamentos para su venta; uno de estos se ubica sobre la calle Félix U. Gómez, en las inmediaciones de la colonia Guerrero.
El otro lugar que está siempre vigilado por los halcones de La Unión es el Hotel Camelia, que se encuentra sobre la calle del mismo nombre, también en la Guerrero.
En esa misma colonia, sobre la calle Sol, hay un edificio que invadieron donde están en construcción departamentos.
Los nuevos giros en los que ha incursionado esta agrupación criminal despertaron las sospechas de los departamentos de Inteligencia Financiera local y federal.
El resultado del trabajo apuntó a socios financieros y otras empresas que utilizan para el blanqueo de todo el dinero en efectivo que de manera ilegal obtiene La Unión Tepito y que después es utilizado para cubrir los gastos de Roberto Mollado Esparza, El Betito, y de David García Ramírez, El Pistache, sus antiguos líderes, quienes ahora se encuentran recluidos en un penal federal.