Si bien faltan datos precisos sobre el momento en que se plantó esta palmera, que será retirada porque una plaga la mató, en la Glorieta de La Palma, en el cruce de las calles Niza y Río Rhin con Paseo de la Reforma, se sabe que el lugar donde reside fue un proyecto para el trazado urbano de la capital desde 1864, a cargo de Ferdinand von Rosenzweig y Luis Bolland, ambos cercanos a la Corte de Maximiliano de Habsburgo.

Fotografías de la colección del investigador iconográfico y cronista de la Ciudad de México, Carlos Villasana, permiten comprobar que al menos para 1930 ya había no una, sino alrededor de 10 palmeras en esta glorieta. La que hoy conocemos, justo en medio de las demás, sería la única sobreviviente ya a mediados del siglo XX.

También hubo rechazo a la palmera. En 1971 se criticaba que ocupara el “espacio digno” de una estatua más, y en 1992 el historiador Silvio Zavala propuso sustituirla con una pirámide trunca.

De acuerdo con la crónica de Eugenio Fernández en EL UNIVERSAL, para 1999 se contaban ya tres ocasiones en que se dio por muerta a la Palmera de Reforma, mismo número de veces en que se recuperó. Fernández la llamó entonces “un monumento a la perseverancia”. Con información de Susana Colin Moya.

EL DATO
La glorieta de la Palma en 1980. Según la colección de Villasana, era la sobreviviente de 10 palmeras plantadas.

Un ícono de la Ciudad de México
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