Existen dos zonas de la alcaldía Tlalpan en las que opera el robo de agua, donde los delincuentes recorren las colonias afectadas por el desabasto y ofrecen pipas a costos excesivos, por lo que en tiempos de sequía, las autoridades de la demarcación buscan que la población no sea víctima de este modus operandi.
Por estos hechos, la Fiscalía General de Justicia (FGJ) continúa con la investigación de dos carpetas por hurto de agua por parte de grupos delictivos. Estos la resguardan en predios donde cargan pipas clandestinas, según exponen las investigaciones de las autoridades.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el director general de Asuntos Jurídicos y de Gobierno en esa demarcación, Aurelio Alfredo Reyes, dijo que como gobierno interpusieron denuncias para proteger a los ciudadanos que reportaron estas actividades ilícitas.
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Señaló que hay dos grandes problemáticas: la primera es que el agua que viene de los manantiales del Ajusco, por donde pasa un ducto del Sistema de Aguas de la Ciudad (Sacmex) por el que se transporta el líquido desde la parte más alta, tiene tomas clandestinas y de ahí, explicó, se extrae para después venderla.
Mientras que la segunda problemática fue detectada en la parte media, que comprende Lomas de Padierna y Pedregal de San Nicolás, en donde también los vecinos reportaron el saqueo del recurso.
Aquí las investigaciones hasta el momento han arrojado que se instalan tinacos sobre el suelo, que son llenados para la repartición de manera ilegal.
“El ducto lo perforan, y por caída libre, por gravedad, tienen una toma de tres o cuatro pulgadas que baja al segundo sitio en donde se almacena el agua”, dijo.
La diferencia con las dos zonas en donde se detectó huachicoleo es que, en el primer caso, se identificó un predio que ya fue cateado, con una persona detenida, y en el segundo aún continúan con la indagatoria sin que hasta el momento estén relacionados predios o personas.
Sobre los cabecillas o líderes del llamado huachicoleo de agua, aún no tienen datos, declaró el funcionario local.
Al ser consultado sobre si esta modalidad de crimen es cometida por ejidatarios, grupos o personas en solitario, Reyes dijo que no puede asegurar nada, pues las investigaciones están en curso.
“No podría precisar, pero sí son varias personas; en el primer caso de Lomas de Tepemecatl circulaba que pudieran surtir en promedio 80 pipas, el costo es de mil pesos”, dijo.
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Sin embargo, detalló que “son un grupo de personas organizadas que están llevando a cabo estas conductas”.
El pasado 11 de marzo, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, aseguró que se han clausurado tomas clandestinas y aseveró que en esa semana habían sido cinco. En esa oportunidad, reconoció que había y hay personas que siguen sacando agua para pipas y venderlas de forma ilegal.
“Eso tiene que ver con muchos manantiales propios que tiene la Ciudad que obviamente en la época de sequía producen menos, y que al consumirse o usarse agua para venta, además de ilegal, les quitan agua a ciertos pueblos”, declaró en esa ocasión.
Sequía
En la sequía que se avecina en los próximos meses, Tlalpan se encuentra en alerta para bajar los cobros de las pipas y hacer el servicio accesible, para que las personas no caigan con las que operan de manera clandestina.
En febrero, la edil Alfa González anunció un programa para exentar 100% el cobro del servicio de pipas en la temporada de estiaje, de marzo a mayo. Se busca beneficiar a 23 mil familias.
Van contra el robo del líquido
Una vez que las autoridades capitalinas anunciaron que habrá sequía en toda la metrópoli por la falta de agua en el Sistema Cutzamala, ocasionada por la falta de lluvias, lo que incrementará el desabasto, agentes de la fiscalía capitalina y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), con apoyo de la Guardia Nacional (GN), buscan impedir el robo de agua.
Con base en trabajos de inteligencia se sabe que en la zona sur de la Ciudad operan al menos cuatro grupos que tienen accesos a pozos y tomas clandestinas de agua y que roban el líquido, después lo venden a sobreprecio en las zonas altas de Tlalpan, Magdalena Contreras y Cuajimalpa.
Otro grupo lleva ese recurso robado a Iztapalapa, Milpa Alta y Tláhuac; según lo proyectado, las pipas con agua supuestamente potable son ofertadas hasta en 6 mil pesos.
Sin embargo, las investigaciones han revelado que el peligro es mayor, pues el agua que se distribuye no es apta para el consumo humano, pero los delincuentes la venden bajo esa premisa al asegurar que son de “pozos limpios”; sin embargo, las investigaciones e inspecciones realizadas a los puntos clandestinos de donde se toma el agua han revelado que el líquido que de ahí se roba está contaminado.
También se indaga si personal que opera las pipas y que trabaja para las alcaldías o para el Sistema de Aguas las lleva a otro lugar y las vende.
De los trabajos que han recabado las autoridades han identificado que los pozos de donde se roban el recursos se encuentran en Tláhuac, Tlalpan y Magdalena Contreras.
En esos puntos el objetivo de las autoridades es brindar más vigilancia, al tiempo que se busca frenar el robo de agua, con un estricto control en las pipas designadas para las zonas más afectadas, sobre todo las que se encuentra en el oriente, puntualmente en Iztapalapa, Iztacalco y Venustiano Carranza.
