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Ante los desmanes durante las últimas marchas y protestas que grupos presuntamente anarquistas han ocasionado en negocios, edificios públicos y monumentos históricos ubicados en el primer cuadro de la Ciudad, el Gobierno capitalino busca identificar a los líderes encargados de ocasionar el desorden, provocar incendios, realizar pintas contra las autoridades locales y agredir a policías, reporteros y civiles.
El trabajo de inteligencia realizado por un grupo especial de la Secretaría de Seguridad Ciudadana ubicó a una persona de entre 20 a 25 años como el responsable de reclutar personas y pagarle a estudiantes universitarios para iniciar el caos. Este grupo siempre se coloca al final de las marchas y cuando reciben la señal empiezan a ocasionar los destrozos.
Derivado del trabajo de inteligencia y del rastreo que hacen monitoristas de las cámaras del C5 de la policía se logró identificar, al menos de rostro, a uno de los incitadores, de quien se sabe que antes de las marchas se reúne con los supuestos anarquistas en las inmediaciones de Ciudad Universitaria (CU), los organiza de par en par y se suman a las marchas.
El infiltrado utiliza también a preparatorianos de hasta 17 años para los actos de extrema violencia; los convence con el argumento de que por su rango de edad difícilmente alguna autoridad los detendrá o molestará.
El mismo diálogo lo tiene con las mujeres que recluta; al respecto, las autoridades se han percatado de que éstas son las más agresivas al estar conscientes de que “nadie las puede tocar”, ellas fueron las que realizaron destrozos en las manifestaciones feministas.
Se le ha ligado con personal cercano al PRD, pero no tienen pruebas de que lo contratan para causar destrozos o sólo es afín a esa agrupación política. Se sabe que opera con otras tres personas muy cercanas a él.