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Zinacantepec, Méx.— El centro de control del Tren Interurbano México-Toluca cuenta con un esquema de videovigilancia que permite observar a los pasajeros en todos los puntos del recorrido entre Zinacantepec y la Ciudad de México, cada uno de los 30 trenes cuanta en su interior con nueve cámaras, además de las 180 instaladas a lo largo de la vía, tecnología que ubica la operación de este sistema de transporte “en el top de lo que se está empleando en el mundo”, informó el jefe de proyecto, José Carlos Gil.

El tren viajará a 120 kilómetros por hora y recorrerá 57.87 kilómetros, desde Zinacantepec hasta Observatorio, en la Ciudad de México, con cuatro estaciones, dos terminales y la obra civil lleva un avance de 84%.

Este transporte cuenta con medidas antisísmicas en el diseño de la línea, haciéndolo completamente seguro para los 230 mil usuarios que lo utilizarán en un principio, pues el objetivo es que para 2021 aumente a 540 mil pasajeros.

En la sala de control estarán operando de 85 a 100 personas, quienes observarán —en tiempo real y de manera remota— el tren, es decir, todo el personal operativo estará concentrado en este edificio, localizado dentro de los talleres y cocheras.

Por fuera, una nave tiene bajo resguardo los 30 trenes, además del taller para el mantenimiento de las unidades, todo dentro de la terminal de salida del Interurbano, en Zinacantepec.

Aunque el tren es eléctrico, siempre habrá un agente de conducción o maquinista para actuar ante alguna eventualidad, por ejemplo, mantener los tiempos y distancias precisas entre cada unidad, pues deben mantenerse a 3 kilómetros entre sí.

“Este tren, a pesar de ser Interurbano, tiene la posibilidad de llegar a un máximo de tres a cuatro minutos entre cada máquina en circulación, lo que brinda más capacidad de transportación de pasajeros por unidad, ofreciendo una atención superior, sobre todo en puntos como Observatorio y Santa Fe, en donde será como un ‘minimetro’ que permite dar vueltas más continuas”, detalló.

Áreas estratégicas. Son 22 hectáreas en donde se encuentran las instalaciones que permiten interactuar con los trenes, control del sistema, mantenimiento y operación de las líneas.

Las áreas consideradas como “las más importantes”, según los ingenieros responsables de la obra son: el taller de mantenimiento en los niveles correctivo, preventivo y mayor, compuesta por 10 vías dobles y un mezzanine para los administradores.

Al término de la operación, las unidades serán resguardadas en el área de cocheeras en 16 vías dobles; está prevista una zona de crecimiento a futuro para la segunda etapa.

En un edificio estarán los administradores de la línea, el servicio de comedor, el área de atención médica, aulas de capacitación, mientras que en la parte alta del inmueble se ubicará el centro de control operacional, “es el cerebro de la línea, donde se controla toda la operación”.

En el edificio de servicios centrales se localizarán los administradores de la vía, responsables de los sistemas de automatización y en el extremo norte ubicarán el puesto de operaciones de taller, que controlará las maniobras de los trenes que entren y salgan del taller.

En el costado poniente del predio, hay una serie de edificios auxiliares donde se guardarán las dresinas, que son vehículos para mantenimiento de la vía, un almacén general, un cuarto de baterías y compresores, así como los sistemas sustantivos de la operación del taller respaldados por estas baterías, todo esto son el respaldo para mantener asegurada la operación del tren.

Además, en cumplimiento con la normatividad ambiental, cuenta con un área de almacenamiento de residuos peligrosos, mientras que todas las estaciones tienen elevadores, escaleras eléctricas y pantallas informativas sobre el tiempo de llegada de los trenes.

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