Al policía Wilberth Gordillo Escalante no le molesta que le digan el poli spiderman.
Se ríe cada que ve imágenes en donde su hazaña de salvar la vida de una persona que intentaba arrojarse en el Metro Pantitlán se asemeja con las del superhéroe. “No me molesta, nunca se había visto eso de un poli spiderman”, comenta entre risas el agente de la policía capitalina del sector Arenal. Y es que para Wilberth Gordillo, esta acción no es la primera que realiza.
El agente, de apenas 22 años y dos en la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), uniforme con el que él se siente orgulloso, considera que “un buen servidor público debe salvaguardar la vida del capitalino”.
Recuerda y cuenta que la emergencia salió vía radio, al arribar al lugar, echó a correr hacía el Metro.
Era un momento de tensión, dice, y por su cabeza pasaron muchas cosas, pero tenía algo claro: el tiempo de respuesta debía ser rápido.
Mientras trataban de distraer al sujeto que intentaba suicidarse, él tomó una soga, la sujetó a un tubo y luego a su cintura.
“Son lapsos en donde se tiene que tomar una decisión, o si no puede salir lastimado el ciudadano. Yo me amarro una soga en la cintura, le doy dos vueltas, la amarro y me subo a la orilla para ver qué estaba haciendo [la persona]”, narra Wilberth.
“En cuanto mis compañeros lo están distrayendo, desciendo de la cuerda, lo abrazo y descendemos. Cuando la amarramos al poste bajo con la persona, pero perdió el equilibrio y lo que hice es abrazarla, y como yo ya no tenía donde apoyarme, sentí la presión del cuerpo y caímos”, cuenta a EL UNIVERSAL.
Al caer, el sujeto que intentaba arrojarse cayó encima de él, la cuerda lo sujetó tan fuerte que se corrió hacia arriba, lo que generó que sus costillas quedaran comprimidas, una de ellas se fracturó.
Resalta que no es la primera vez que salva la vida de una persona en dos años como policía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
En marzo de 2021, Wilberth también salvó a una persona que intentaba lanzarse de un puente sobre la calzada Ignacio Zaragoza; se arrojó a él y evitó que cayera.
El miércoles pasado, el agente cayó de ocho metros de altura, se rompió una costilla, fue llevado a un hospital para su atención y por su propio pie salió, con ánimo, entre bromas con sus compañeros quienes lo felicitan y le envían imágenes haciendo ver como un hombre araña versión policía capitalino.
Los golpes que lleva en el cuerpo incluso impiden que pueda reírse sobre el mote que se le dio, y espera seguir creciendo como policía.