La fiscal capitalina, Ernestina Godoy Ramos, compareció durante cinco horas, ante el Consejo Judicial Ciudadano en el Congreso capitalino, como parte del proceso para buscar reelegirse por un periodo de 4 años más al frente de la Fiscalía General de Justicia.
Durante su comparecencia frente a los 11 consejeros del Consejo Judicial Ciudadano, quienes no realizaron cuestionamientos que contradijeran la exposición de datos de la titular de la Fiscalía General de Justicia (FGJ), Ernestina Godoy, resaltó acciones que ha implementado durante su gestión.
“Cuando asumí la titularidad de la fiscalía solamente se habían vinculado a proceso 29 imputados por feminicidio, sólo en este año llevamos 98, en el caso de violaciones nos encontramos con 88 y en lo que va de este año ya llevamos 159 vinculaciones a proceso; y de 758 agresores de mujeres vinculados que encontramos en 2018, hemos pasado, sólo en este año, a dos mil, 492.
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“Asimismo, en materia de delitos de Alto Impacto, en el delito de secuestro hemos cumplimentado 77 por ciento de las órdenes de aprehensión y disminuido en 88 por ciento el secuestro en todas sus formas, incluyendo el exprés, además, en el delito de secuestro exprés, hemos cumplimentado el 58 por ciento de las órdenes de aprehensión y el 100 por ciento de esclarecimiento del 100 por ciento de casos entre 2022 y 2023”, enfatizó.
Resaltó además la creación del Banco de ADN, la activación de la Alerta de Género, acercamiento a la gente, entre otras, que han mejorado la percepción ciudadana que paso del 32 al 49%.
“Tenemos que convencer a la sociedad, porque insisto, para mucha gente no estamos dando justicia si no tenemos a alguien detenido durante todo un proceso, vinculado en la cárcel, tenemos que seguir trabajando”, dijo.
Reconoció que la transición de Procuraduría a Fiscalía, ha sido lenta, y lleva un 40%, atribuyendo esto al paso de la contingencia sanitaria.
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Dijo que las restricciones sanitarias generaron que la institución operara con un 35% de su personal, por lo que fueron “más lentos”, esto, a pesar de que la FGJ por ser una institución prioritaria, no se detuvo ningún día de la pandemia.
“Eso tuvo como efecto, no que paráramos en la transición, pero sí que fuéramos mucho más lentos. En plena pandemia, conectándonos, fuimos haciendo la reorganización de nuestra arquitectura, fuimos haciendo las áreas, nuestra política criminal, nuestro plan de persecución penal y fuimos avanzando… Instalamos la unidad de implementación, la responsable de que nos fuera guiando, jalando, más allá de lo cotidiano que tenemos cada uno de nosotros en las distintas áreas que trabajamos, por eso es que efectivamente falta para llegar a ese modelo, no como tal, sino un modelo adaptado a la realidad, condiciones económicas, a las condiciones de nuestro personal, presupuestos”, explicó.