Naucalpan, Méx.— “Las famosas Barras de Praderas surgieron de un basurero, sobre el paso de un canal de aguas negras de San Mateo Nopala, donde había animales muertos, y hoy nos hicieron un castillo con más de 22 aparatos de gimnasio que sustituyeron a rines y tubos que sacamos de la basura”, recuerda Paul Villafuerte Suárez.

Hace cinco años “limpiamos este terreno, lo convertimos en nuestro gimnasio que todos conocen como las famosas Barras de Praderas”, afirma orgulloso Paul, un joven instructor de 37 años, que se dedicó a este proyecto luego de pasar por un periodo de depresión tras perder su pierna izquierda en un accidente automovilístico.

“Sin miedo al éxito”, es uno de los lemas de Barras de Praderas, donde con rines y tubos que sacaron de la basura, decenas de chavos de San Mateo habilitaron su gimnasio, el cual empieza a tener vida desde las 6:00 horas y continúa durante todo el día, hasta las 21:00 horas, “donde sólo teníamos un hoyito para usar como baño… hoy esto está de lujo, es un verdadero castillo del ejercicio”, señala Paul.

El joven afirma que por varios años buscaron apoyo de autoridades municipales y estatales, pero nadie los escuchó, hasta el 17 de octubre en que en “la mañanera” un periodista le pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador apoyo para las Barras de Praderas.

Promesa

Justo este 17 de diciembre, a dos meses de la petición al presidente de la República, las famosas Barras de Praderas fueron reinauguradas por más de 100 jóvenes quienes recibieron de manos del representante de AMLO, Octavio Almada Palafox, quien forma parte del equipo de la ayudantía de la presidencia de la República, y del secretario de Gobierno de Naucalpan, Mauricio Aguirre Lozano, el nuevo gimnasio.

El sitio cuenta con un techumbre, equipos profesionales de pesas, 22 aparatos de pecho, piernas y bicicletas, con una inversión global de un millón 300 mil pesos.

“El Valle del mamado”, como también conocen a este gimnasio, tiene entre sus reglas de uso gratuito de los aparatos, no al ingreso o consumo de alcohol, cigarro o drogas, “afuera, cada quien se mata como quiere, pero aquí adentro, no”, advierte Paul.

“Hoy ya somos cerca de 300 jóvenes, entre ellos algunas mujeres, que saben que el ejercicio es no sólo fortalecer nuestro cuerpo, porque un buen físico donde quiera llama la atención, sino que es parte de un desarrollo sano”, reitera Paul mientras, con destreza, trepa por un tubo de más de 10 metros de altura sin más ayuda que la fuerza de sus brazos.

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