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La avenida Paseo de la Reforma se convirtió en el recorrido al Mictlán, el mundo de los muertos. Las catrinas marcharon por la Ciudad de México en una procesión que ni la lluvia pudo aminorar. Los paraguas e impermeables fueron sus aliados.
La caminata fue presenciada por 180 mil personas, según la Secretaría de Cultura capitalina.
“¡Viva México!”, gritaban las personas que se dieron cita a lo largo de la vialidad para atestiguar la Mega Procesión de Catrinas 2019 que partió del Ángel de la Independencia y, por primera vez, llegó al Zócalo.
Las catrinas extendían los oleajes de sus vestidos folclóricos celebrados por el grito de niños, jóvenes y adultos que se dieron cita.
También bailaron bajo la lluvia, pues Tláloc no se hizo esperar para engalanar el recorrido.
Muchos aseguraron que su participación en la marcha fue para celebrar y presumir la tradición de México de recordar a sus muertos.
Participar en la megaprocesión emocionó a los capitalinos que desde el mediodía colmaron las aceras de Reforma para transformarse y estar listos para su andar.
Así, con su vestido rojo y maquillada, Yuritzi, de 25 años, se asentó en la esquina de Reforma y Génova, y dijo que estaría ahí hasta que acabara la megaprocesión.
Su atuendo, diseñado por su maestro de pilates, tardó un mes y medio en ser confeccionado. “Valió la pena porque todos lo admiran”, aseguró orgullosa.
Papas, elotes y algodones de azúcar fue un poco de lo que los visitantes compraron para acompañar el desfile; la vendimia es parte de los eventos masivos de la capital.
Los maquillistas, muchos profesionales, montaron sus carpas, las cuales tenían largas filas, pues ayer todos querían ser catrines. Los precios de los trabajos oscilaron entre los 100 y los 300 pesos.
Esculturas de cráneos coloridos, algunos hechos con tenis, sirvieron para que las personas se retrataran durante todo el recorrido.
Entrada la noche, la procesión se fue rompiendo poco a poco, todo regresando al inframundo, a casa, a la colonia o el barrio tradicional capitalino, luego de estar así de cerca de las catrinas y los muertos.
Por primera vez el recorrido llegó hasta el Zócalo capitalino, hasta donde concluyó esta megaprocesión de miles de personas ataviadas con sus mejore galas, quienes representaron el viaje anual de los muertos al plano terrenal.
