“Es mentira que el tamal engorde” a quien lo come, señaló Marco, quien junto con su hermana la chef Diana Flores buscan la dignificación del tamal mexicano, como un alimento sano y nutritivo, patrimonio de la gastronomía mexicana .
El tamal es la esencia de Tentación de Maíz , una tamalería que surgió en la alcaldía Azcapotzalco en la colonia Nueva Santa María, en la Ciudad de México, producto de 35 años de la experiencia gastronómica de Marco y Diana Flores, que han creado una variedad que incluye 23 sabores de estos “envueltitos”.
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El de costilla con maciza, pollo almendrado, cochinita pibil, el oaxaqueña con mole y pasas, carnitas en salsa morita, fresas con queso Philadelphia, manzana canela que es nuestro "strudel mexicano" y arándanos con nuez son solo algunos de los sabores de que llevan a los comensales a Tentación de Maíz.
Esta tamalería, surgió en 2018 y creció durante la pandemia, "que fue muy benévola con nosotros”, cuando la gente no podía entrar a los restaurantes, “contrario a lo que hubiéramos pensado o a lo que ocurrió con otros negocios, la gente buscó alimentos preparados que podían llevar a su casa y que consideraron confiables justamente porque están envueltos en hojas de maíz y de plátano, afirmó Marco cocinero experto en gastronomía mexicana.
Por el día de la Candelaria, las personas forman fila para adquirir tamales y cumplir con el compromiso por hablarles salido el Niño Dios en la Rosca de Reyes que partieron el 6 de enero.
“Estamos rescatando el tamal como un alimento que es patrimonio cultural y gastronómico y estamos dignificándolo como un bocadillo nutritivo, sano para todo el mundo, incluso para los veganos, porque es mentira que el tamal engorde”, aseguró Marco.
El tamal es un alimento estigmatizado, pero lejos de ser “engordino”, al estar preparado con productos naturales como verduras, carne, frutas y maíz, forma parte del platillo del buen comer, otra cosa es cuando lo convertimos en “guajolota” es decir en una torta de tamal y además nos comemos dos, apuntó el cocinero.
Aquí hay tamales veganos elaborados sin manteca, en una masa vegana hecha con aceite de oliva, donde destaca el de mole con plátano macho. “La comunidad vegana dice que gracias al cielo hoy por hoy hay comida como estos tamales que no sabe a vegana y si lo es”, aseguró Marco.
Frijol con adobo, champiñón en salsa verde, el de la milpa hecho con elote calabacita y rajas de chile poblano; así como el de higo, guayaba con ate y el de elote, forman parte de los tamalitos veganos de esta tamalería, donde el precio va de los 28 a los 34 pesos.
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En esta tamalería, que ahora tiene sucursales en las colonias Clavería y en la Narvarte, producen miles de envueltitos al día, no obstante sigue siendo una creación artesanal hecha a mano, donde cada sabor de tamal es parte del aprendizaje culinario de más de tres décadas de Diana y Marco quienes en distintos restaurantes tuvieron “guisos campeones”, que hoy por hoy se ven reflejados su carta de tamales gourmet.
Las salsas, mermeladas y la masa son creadas en la cocina de esta tamalería “nada es comprado y no utilizamos esencias ni colorantes artificiales que dañan el organismo y se van directo al riñón”, aseguró Marco.
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