No es únicamente la lo que ha golpeado a comerciantes del Mercado de San Cosme; también los dos años sin sus locales, tras el cierre de una parte por el .

Sus ánimos se ven fuertes, pero entre suspiros, piden que las autoridades apuren los trabajos para que regresen.

Rosa López, comerciante de semillas, dice a EL UNIVERSAL: “Me guardaron tres meses porque soy diabética e hipertensa, en esos tres meses nadie me dio nada, entonces tuve que regresar porque ya no tenía nada, en el mes de junio me vine. En junio dije ‘ya no tengo dinero’, y pues no puedo decir que estamos trabajando al cien como allá adentro, pero ahí vamos.

“Aquí hay mucha agua, no estamos acostumbrados a que llueva mucho, bueno, adentro [del mercado] podía llover y no nos mojábamos. Aquí se me echó a perder un bulto de arroz y frijol, y quién me los paga”, añade.

Martha Edith cuenta que se contagió de Covid-19, por lo que estuvo resguardada seis meses. Sin embargo, los ahorros se le acabaron por el confinamiento y decidió reactivar su negocio, el cual genera ganancia, misma que tiene que invertir de inmediato para no cerrar. “Yo perdí completamente todo de mis puestos [por el incendio] así que imagínate”, explica.

Al superar la enfermedad, llegó la necesidad del trabajo para Martha Edith, quien vende frutas y licuados. En sus puestos las ventas cayeron 30% por la pandemia.

En este sentido, Julieta Ríos, comerciante de verduras y frutas, dice que aunque los productos que vende son de primera necesidad, la contingencia los golpeó y, en ocasiones, “no vendemos nada”.

Ella, como el resto de los locatarios, solicita a las autoridades que el mercado ya sea entregado, para volver a instalarse. Muchos de estos negocios son de tercera y hasta cuarta generación, la tradición sigue viva y la crisis sanitaria y la falta de sus locales los hace reflexionar en que la situación que viven no es nada fácil.

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