Cuautitlán, Méx.— El Tren Suburbano recorre dos territorios que operan en semáforos epidemiológicos distintos ante la pandemia para transportar a cerca de 64 mil personas al día; el rojo de alto contagio del Estado de México y el color naranja de la Ciudad de México.
Max Noria Anguiano, director comercial de Ferrocarriles Suburbanos y vocero del Tren Suburbano, indicó que este transporte metropolitano trasladaba en promedio, antes de la cuarentena, a 200 mil pasajeros al día; el aforo se redujo a 25% en abril y mayo.
A partir de esta semana, y con el cambio de semáforo en la capital del país, el flujo aumentó a 32%, es decir, unos 64 mil pasajeros transitan entre el rojo del Estado de México al naranja que se aplica en las estaciones Ferrería y Buenavista.
Todos los días los trenes son sometidos a un proceso de sanitización profunda y además un grupo de 30 trabajadores, protegidos de la cabeza a los pies con trajes Tyvek y cubrebocas, sanitizan cada vagón antes de que el convoy vuelva a salir de las terminales, indicó Max Noria, poniendo especial atención en puntos de contacto como son agarraderas, asientos, botones, cierre de puertas y pasamanos.
La poca afluencia del Suburbano aún no obliga a dejar un asiento libre para garantizar la sana distancia, indicó Max Noria, director de este transporte masivo.
El aire acondicionado no es reciclado, es un clima de 21 grados centígrados que sale al exterior, además de que el sistema tiene filtros en los conductos y constante mantenimiento, indicó.
El Suburbano además colocó dispensadores de residuos biológicos para que los usuarios depositen los cubrebocas que desechan, los que son manejados por una empresa especializada.
Para garantizar la limpieza de manos, la empresa colocó dispensadores de gel antibacterial en todas las estaciones del tren.
En este transporte, aseguró Max Noria, se aplican las mejores prácticas que han detectado en otros sistemas de transporte masivo de América Latina durante la pandemia, con quienes esta empresa sostiene reuniones semanales.