El griterío de agentes de la policía capitalina y personal del Metro desató un ambiente de caos en todo el Centro de Transferencia Modal (Cetram) Chapultepec.
Como si fueran niños pequeños, cada uno de los usuarios tenía que ser conducido en una fila que los llevaría a las unidades de la Red de Transporte de Pasajeros (RTP) y camionetas de la policía capitalina, para continuar con su trayecto por Juanacatlán, Tacubaya y Observatorio, estaciones de la Línea 1 que fueron cerradas tras el accidente del martes pasado.
“¡En una sola fila!, ¡no se meta!, ¡camine y aborde las unidades!”, gritaban las mujeres policías, mientras trabajadores del Metro, reordenaban a los despistados.
Como los camiones del RTP resultaron insuficientes, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) desplegó 75 unidades policiales para movilizar a poco más de 25 mil usuarios del Metro.
Como si se tratara de taxis públicos, el personal del Metro preguntaba a los policías capitalinos si el “servicio era completo” a las estaciones Tacubaya, Juanacatlán y Observatorio.
La confusión imperaba sobre Chapultepec, donde las unidades de la RTP se alentaban y por el aforo de personas las autoridades capitalistas tuvieron que utilizar vehículos de la policía capitalina.
Las mujeres eran acomodadas al interior y los hombres en la parte trasera de las camionetas.
“Damitas, adelante. ¡Suba ya señor!, ¡agárrase del tubo que se va a caer, chingá!”, repetía una mujer policía, quien en medio de la gente intentaba agilizar la zona.
Para mantener el orden, vigilancia del Metro regresaba a las personas que se saltaban la fila para abordar las unidades policiales, lo que generaba el descontento de la gente, quienes intentaban no retrasar su traslado.
El señor Enrique, quien subió a una unidad policial, comentó durante su traslado: “Me parece bien que nuestros impuestos trabajen, sólo que no griten, causan confusión, parece que hay un caos ahí, que pasó algo”.
María de los Ángeles y Miguel, ambos policías de Tránsito del Estado de México, se sintieron un poco confundidos, pues tenían lugares específicos a los que acudir para un trámite y observar que los usuarios del Metro abordaban de manera arbitraria camión o unidad policial los desconcertó.
“Para nosotros es complicado, porque venimos con indicaciones precisas y cuando nos dijeron que llegaba hasta aquí el Metro, pues tuve que preguntar”, dijo la agente María de los Ángeles.
Pero no todo fue malo para los usuarios, pues hasta antes de las 14:00 horas los recorridos eran rápidos y muchos entrecruzaban palabras, grababan videos y se sacaban fotos a bordo de las patrullas.
Incluso, algunos policías bromeaban con ellos: “Ahora sí, directo al Reclusorio Norte, sin paradas”. Pasadas las 14:00 horas, los recorridos fueron más lentos, el sol aumentaba la temperatura al interior de las unidades del RTP, que iban atiborradas de personas.
En el Cetram de Chapultepec, usuarios que esperaban ser transportados a la estación Observatorio de la Línea 1 del Metro indicaron que el accidente en Tacubaya pudo ser por un “error humano” y dijeron que el que hubiera servicio parcialmente no les afectó.
“Considero que son cosas que suceden en el transporte, ya sea Metro, Metrobús o lo que sea, pudo ser un error humano y afortunadamente no hubo más muertes, no hacemos menos a la que hubo”, aclaró Sergio Maciel, quien se dirigía a Observatorio.
En tanto, una mujer de 62 años, comentó que el Metro necesita tener constantemente mantenimiento, pues consideró que muchos de los trenes que se encuentran en circulación tienen más de 50 años de uso.
A pesar que el servicio de la RTP brindó traslados a usuarios del Metro estos resultaron ser insuficientes; sin embargo, la organización en Chapultepec no tuvo inconvenientes, pues algunos camiones y camionetas de la SSC brindaron trayectos directos a Tacubaya y Observatorio.