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Con disfraces de catrinas, diablos y con máscaras, un millón de personas —según la Secretaría de Gobierno capitalina— algunas sin cubrebocas y rompiendo la sana distancia, desbordaron las calles del Centro Histórico de la Ciudad al acudir al Desfile Internacional del Día de Muertos y a la ofrenda que se instaló en el Zócalo capitalino, luego de que ambos eventos fueron suspendidos el año pasado por la pandemia de Covid-19.
Ahora, con el semáforo epidemiológico en color verde, cientos de miles de familias madrugaron para acomodarse a lo largo del camino que seguiría el recorrido —que iba de la Plaza de la Constitución hasta Campo Marte, sobre Paseo de la Reforma—, para observar los carros alegóricos con figuras de Frida Kahlo y las calaveras de Pedro Infante o Cantinflas.
Mientras desfilaban acróbatas, mariachis, taqueros, diablos y calaveras bailarinas, en las inmediaciones del Centro Histórico era casi imposible transitar, como ocurrió en la calle Francisco I. Madero, así como en avenida 5 de Mayo y Paseo de la Reforma.
Durante la inauguración del Desfile Internacional del Día de Muertos Celebrando a la Vida, acompañada del secretario de Gobierno, Martí Batres —en representación de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum—, la titular de Turismo, Paola Félix, dijo que esto fue posible gracias a la vacunación, ya que se logró que 95% de los capitalinos tenga el esquema completo.
“Ya era momento de salir, ya estábamos muy estresados de todo, pero la verdad que estuvo muy, muy padre [el desfile], no es la primera vez que asisto, pero cada ocasión es única; me sentí confiada de venir ya que tengo mis vacunas [contra el Covid-19], pero seguimos aplicando las medidas sanitarias correctamente”, comentó a El UNIVERSAL.
Al ritmo de la música de cantantes como Laura León, Marina León y Yahir, quienes iban encabezando el recorrido en carros alegóricos, las calaveras animaron a la multitud que bajo el sol aguantó el paso de cada participante del desfile.
Sin embargo, durante el trayecto de 5 de Mayo y avenida Hidalgo, las personas olvidaron la sana distancia y el uso de cubrebocas, ya que Laura León, La Tesorito, los puso a bailar con la canción Suavecito.
Incluso, un pequeño grupo deseaba saltar la valla de seguridad para subir a su carro alegórico, pero los organizadores lo detuvieron al instante.
Para tener mejor vista o un ángulo para tomar fotografías o grabar un video, muchos se subieron al inmobiliario de las estaciones del Metrobús, casetas telefónicas y hasta a los árboles.
Desde Ecatepec, Estado de México, Grisel Caudillo y su familia llegaron al Zócalo desde las 10:00 horas, para apartar un buen lugar, pero “sin vacuna no hubiéramos venido”, recalcó.
Cerca de las 16:30 horas, los carros alegóricos arribaron a Campo Marte, lo que no desanimó a las personas, quienes aprovecharon y recorrieron la exposición de los Mexicráneos en Reforma, la Mega Ofrenda del Zócalo, y acudieron al Bosque de Chapultepec.
La Secretaría de Gobierno informó que el evento transcurrió sin incidentes ni contratiempos y que fue un éxito de convivencia ciudadana, reconstrucción del tejido social y reactivación económica. La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) sólo reportó nueve atenciones menores.
Gema Gracia de Cuernavaca, Morelos, comentó que acudió al desfile porque no quiere que se pierdan las tradiciones para recordar a los fallecidos, pero reconoció que aún no es momento de hacer eventos masivos con tantas personas: “No es momento de hacer este tipo de festejos, pero hay que recordar a los que nos dejaron a causa del virus. Sólo estuve un par de horas, no es momento de bajar la guardia”.