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A una semana del enfrentamiento a tiros entre policías y delincuentes en el domicilio del cardenal Norberto Rivera Carrera, donde un elemento de la Secretaría de Seguridad Pública murió a consecuencia de ese hecho, la procuraduría capitalina aún no tiene claro el móvil del ataque.

La dependencia local trabaja de la mano con la Fiscalía en el Estado de México y, entre ambos, resguardan al único detenido por el enfrentamiento, un ex convicto con antecedentes penales por robo, secuestro y extorsión en las dos entidades, quien aún no ha rendido su declaración ante el Ministerio Público.

El procurador de la Ciudad de México, Edmundo Garrido Osorio, comentó que por el momento se siguen analizando todas las líneas de investigación, que incluye un posible atentado directo contra Rivera Carrera, un secuestro, así como el intento de robo a casa-habitación.

Precisó que será hasta la conclusión de los peritajes y las declaraciones de los que participaron en la agresión cuando se conozca el móvil y pidió no especular más sobre el caso.

Mientras tanto, la búsqueda de los sospechosos prófugos se ha intensificado, pues incluso sus rostros son verificados en la base de datos de cuatro estados y se checan con las credenciales oficiales tanto del INE como en los módulos de expedición de licencias de conducir.

Dijo que la declaración del cardenal sobre los hechos no arrojó datos relevantes para esclarecer el caso.

Ayer, Jorge Estrada Solórzano, obispo auxiliar de México, pidió a los católicos reunidos en la Catedral Metropolitana orar por el arzobispo emérito Norberto Rivera Carrera y por el policía bancario Javier Hernández, quien murió en cumplimiento de su labor y “para que su sacrificio sea tomado en el cielo y goce del descanso eterno”,

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