Los golpes e insultos que se vieron ayer en el Congreso de la Ciudad de México entre los diputados Jesús Sesma y Jorge Gaviño no fueron un hecho aislado, pues en el pasado legisladores locales ya han perdido los estribos y llegado a la violencia.
El ejemplo más reconocido es el de Christian Vargas, mejor conocido como el ‘Dipuhooligan’, quien se hizo famoso por romper cristales y protagonizar grescas a su paso por la extinta Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), hoy Congreso local.
El pasado 21 de septiembre de 2009, el otrora legislador del PRI hizo añicos una puerta de cristal porque no le gustó la oficina que le tocó en la sede del zócalo capitalino, pues él quería una que tuviera una vista a la plancha. Días después, durante la comparecencia de la exsecretaria del Medio Ambiente, Martha Delgado, protagonizó un zafarrancho por una bicicleta con dos acompañantes de la funcionaria.
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También en 2009, pero en noviembre, con una canasta llena de huevos, Emelia Hernández, exfuncionaria en la entonces delegación La Magdalena Contreras y de la propia ALDF, ingresó al recinto de Donceles y Allende para reclamar a gritos, y con una pancarta, al otrora diputado del PRD Héctor Guijosa cumplir con la responsabilidad de darle la pensión alimentaria al hijo que procrearon.
La mujer logró filtrarse sin mayor problema al recinto legislativo, a pesar de que llevaba una canasta con una docena de huevos. Ya en el pleno, se acercó hasta el curul en donde estaba sentado el perredista para gritarle y extenderle una cartulina que decía: “Guijosa, hasta cuando piensas apoyar a tu hijo”.
En 2017, durante la discusión de una propuesta de endeudamiento para la construcción de una Planta de Termovalorización, hubo insultos, rasguños y hasta mordidas entre las exdiputadas locales Citlalli Hernández y Nury Delia Ruiz. Ambas legisladoras se acusaron de agresiones.
En esta misma discusión, cuando César Cravioto insistió en el debate, el diputado perredista Iván Texta manoteó para impedir que el miembro de Morena hablara, y fue ahí cuando comenzaron empujones y arañazos.
El más reciente fue el protagonizado por los diputados locales Jesús Sesma y Jorge Gaviño, del PVEM y PRD, respectivamente, quienes llegaron a los golpes al interior del Congreso de la Ciudad de México debido a que no se aprobó la integración en el orden del día de la sesión de este día el dictamen para crear la Ley de Bienestar Animal de la Ciudad de México.
En esta bronca hubo empujones, patadas, mentadas de madre y otros insultos como ‘puto y maricón’.
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bmc