Con música de banda, porque a él le gustaba, familiares y amigos despidieron a José Antonio Santos Ávila, de 82 años, la segunda víctima de la explosión que provocó un tanque de gas LP en una vecindad de la colonia Pensil, en la alcaldía de Miguel Hidalgo.

Unos metros de distancia separan las tumbas de José Antonio y su sobrina-nieta Marlén Santos, de 20 años, quien fue encontrada entre los escombros el pasado sábado. Ahora ambos descansan en el Panteón Sanctorum.

Santos Ávila fue ingresado al hospital Rubén Leñero, donde falleció después de más de 48 horas de luchar contra las quemaduras de primer, segundo y tercer grado.

Don José fue velado en casa de una de sus hermanas en Naucalpan, Estado de México. El cortejo con sus restos partió a las 14:50 horas y llegó al panteón entre porras y flores.

A decir de su familiar Rosa Hernández, la pérdida de la joven Marlén y de José Antonio “será una tragedia que nunca olvidaremos”.

Manifestó que don José, quien fue conocido en la colonia Pensil como Don Hilario, será recordado como una “muy buena persona. Muy humanitario”.

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