Mexicaltzingo, Méx.—Los padres de Blanca Valeria Benavides Casas pasaron 49 días buscando a su hija con la esperanza de localizarla viva, pero ayer la sepultaron en el panteón municipal, entre arreglos florales y música, acompañados por decenas de vecinos y el grito unánime de: “¡Ni una más!”.
La joven de 29 años de edad fue reportada como desaparecida el 24 de enero, luego de que salió de su casa en el municipio de Mexicaltzingo rumbo a la estética de una amiga, a las 19:00 horas, pero nunca llegó a su destino.
El paradero de Valeria fue un enigma que mantuvo en la zozobra a sus padres, aseguran Victorina Casas y Mateo Benavides Monroy, pues la última vez que la vieron viva fue a través del video de las cámaras de vigilancia de una vecina que la grabó a las 19:20 caminando por la calle.
Fueron semanas en las que sus padres junto con la policía municipal de Calimaya, Mexicaltzingo, efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), binomios caninos, vecinos y trabajadores del ayuntamiento salieron a buscarla.
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La semana pasada, Victorina, mamá de la joven, todavía mantenía la esperanza de hallarla en buen estado de salud y pidió a sus captores que la dejaran libre y no habría represalias en su contra.
Sin embargo, el jueves fue localizado su cuerpo en un predio del vecino municipio de Calimaya. Fue la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJEM) la que notificó a sus familiares sobre la localización de la joven y la entregó en las instalaciones del Semefo.
A través de las redes sociales, familiares y vecinos expresaron su pesar por la noticia, pero también reclamaron que pese a la ola de manifestaciones y protestas por la violencia contra las mujeres, Blanca Valeria se haya convertido en un número más que sumar a la estadística.
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El sábado se realizó la misa de cuerpo presente en el domicilio de la joven, hasta donde llegaron decenas de familias para apoyar a sus padres y hermanos.
Luego de inhumarla, su madre agradeció a los asistentes y dijo: “Es aquí donde me doy cuenta que no somos una familia mala. Somos una familia con principios, gracias por las oraciones que mi niña recibió de ustedes. Yo quisiera que ella no estuviera ahí”.
Sin poder contener el llanto, el señor Mateo expresó que “lo que falta es agilizar la forma en la que se busca a las personas, porque hay poco personal y muchos casos, es necesario contratar más gente, ampliar las áreas, que haya servidores públicos que de verdad aprecien su trabajo, hagan las cosas de corazón”.