“Como mi familia y yo llevamos trabajando por años la fruta, las fresas, es que sabemos hacer los cucuruchos, no cualquiera puede, se ve fácil, pero no lo es, se requiere práctica, pero es más la maña”, comentó Guillermina Silva, de 41 años de edad, tiempo que, recordó, ha pasado en el mercado de Jamaica.
La vendedora de fruta explicó que “así era antes, los cucuruchos eran la mejor opción, pero luego llegó el mito de que echar la comida en el periódico era sucio porque es papel reciclado, pero puro cuento, al final del día toda la fruta se tiene que lavar, pero la bolsa dura y dura y no se desgasta, además, con el periódico el producto se va en mejor estado”.
Ella es una de los cientos de locatarios del mercado de Jamaica que busca opciones para entregar los productos que oferta después de que hace cinco días entró en vigor la prohibición del uso de bolsas de plástico de un solo uso en la Ciudad de México; sin embargo, entre los pasillos se observó que la mayoría de comerciantes todavía dan bolsas.
Hombres y mujeres recorrían los puestos que ofrecían diferentes precios y calidades. Ya estaban preparados, pues cargaban con bolsas de tela, de yute u otros materiales, para evitar una bolsa de plástico.
Algunos comerciantes aseguraron que las seguían repartiendo porque les dieron permiso por 20 días para acabar con todos los paquetes de bolsas que tuvieran, ya que después de ese lapso, no podrían dar una más.
Mientras tanto, otros vendedores comentaron que tenían ganas de aprender a hacer cucuruchos, pues no veían otra alternativa.
El señor Felipe Guadalupe, quien contó que atiende un puesto de chiles porque su madre está enferma, festejó el regreso de los cucuruchos, ya que recordó que los ha utilizado desde hace mucho tiempo, desde que era un niño: “Las tiendas grandes empezaron a usar bolsas al mayoreo, la gente las exigía, pero ahora lo bueno es que regresamos al cucurucho”.
“[Los cucuruchos] son muy resistentes para todo tipo de productos, son muy versátiles, excepto para los alimentos húmedos. Antes era muy complicado hacerlo, no te quedaba, así hasta que con la práctica te sale, ahora lo hago hasta con los ojos cerrados, que gusto me da que los compañeros regresen a esto”, agregó.
Dos mujeres tomaron un descanso de la venta de aguacates, limones y ajos, para practicar la elaboración del cucurucho. Una de ellas, Fabiola, aseguró que olvidó como hacerlos, pues perdió la práctica: “Antes los limones se despachaban así, tres, cuatro, cinco, veinticinco limones por 15 pesos”.